La mayoría de ciudadanos considera que ser elegido congresista en el Perú es como sacarse la lotería...
La idea generalizada que ser elegido congresista en el Perú es como sacarse la lotería, por el sueldo, las gratificaciones y la serie de privilegios que se obtienen, se confirma una vez más.
Habíamos iniciado el 2010 con cierta tranquilidad respecto a los escándalos cometidos por la gran mayoría de los parlamentarios peruanos, posiblemente por haber estado de vacaciones
Pero, la reciente y acuciosa investigación de un diario capitalino nos devolvió a la memoria la extensa lista de actividades reñidas con el interés nacional cometidas por los legisladores.
Resulta que, esta vez, en menos de cuatro meses, gastaron casi un cuarto de millón de dólares en viajes realizados al extranjero.
Según un documento, que se mantenía en calidad de reserva por la Dirección General de Administración del Parlamento, cincuenta y cinco congresistas, pertenecientes a las diferentes bancadas, realizaron setenta y cinco vuelos al exterior.
Lo que se critica es que no lo hicieron obedeciendo a motivos oficiales, sino en atención a la solicitud expresa de los propios beneficiarios.
Esto se ajusta exactamente a los quince días de viajes de placer con gastos pagados a los que tienen derecho, de manera absurda, quienes son elegidos por el voto popular para representarnos.
La situación adquiere caracteres mortificantes si no existe informe alguno en torno al motivo de la salida, la labor desarrollada y los logros obtenidos en beneficio del país.
Lo peor es que, a nivel del Parlamento se carece de un organismo encargado de fiscalizar esta clase de excursiones turísticas con el dinero del pueblo.
Sobre el particular, algunos analistas plantearon la necesidad que el portal del Congreso revele, en forma permanente y minuciosa, acerca del quehacer diario de sus miembros.
Debemos coincidir que, cuando se trata de viajes al extranjero que cuestan tanto dinero al erario nacional, es improrrogable dar a conocer las tareas que se van a cumplir y los gastos correspondientes.
Debiendo agregarse el beneficio directo que obtendrá el Perú con la gira programada.
Añaden los expertos que incumplir con estas exigencias termina por agotar la paciencia y hacer perder la confianza que la ciudadanía debe tener en las personas que eligió en los comicios.
También solicitaron que la Contraloría General de la República, la misma Defensoría del Pueblo u otra entidad creada exprofesamente, amplíen su radio de acción a las esferas internas legislativas autorizando sólo los viajes que sean justificados.
Es lamentable que tenga que llegarse a tal extremo en vista que algunos parlamentarios carecen de la honestidad y fuerza de voluntad para resistir a las tentaciones, elementos que son indispensables cuando se recibe el encargo del pueblo para gobernar…
Habíamos iniciado el 2010 con cierta tranquilidad respecto a los escándalos cometidos por la gran mayoría de los parlamentarios peruanos, posiblemente por haber estado de vacaciones
Pero, la reciente y acuciosa investigación de un diario capitalino nos devolvió a la memoria la extensa lista de actividades reñidas con el interés nacional cometidas por los legisladores.
Resulta que, esta vez, en menos de cuatro meses, gastaron casi un cuarto de millón de dólares en viajes realizados al extranjero.
Según un documento, que se mantenía en calidad de reserva por la Dirección General de Administración del Parlamento, cincuenta y cinco congresistas, pertenecientes a las diferentes bancadas, realizaron setenta y cinco vuelos al exterior.
Lo que se critica es que no lo hicieron obedeciendo a motivos oficiales, sino en atención a la solicitud expresa de los propios beneficiarios.
Esto se ajusta exactamente a los quince días de viajes de placer con gastos pagados a los que tienen derecho, de manera absurda, quienes son elegidos por el voto popular para representarnos.
La situación adquiere caracteres mortificantes si no existe informe alguno en torno al motivo de la salida, la labor desarrollada y los logros obtenidos en beneficio del país.
Lo peor es que, a nivel del Parlamento se carece de un organismo encargado de fiscalizar esta clase de excursiones turísticas con el dinero del pueblo.
Sobre el particular, algunos analistas plantearon la necesidad que el portal del Congreso revele, en forma permanente y minuciosa, acerca del quehacer diario de sus miembros.
Debemos coincidir que, cuando se trata de viajes al extranjero que cuestan tanto dinero al erario nacional, es improrrogable dar a conocer las tareas que se van a cumplir y los gastos correspondientes.
Debiendo agregarse el beneficio directo que obtendrá el Perú con la gira programada.
Añaden los expertos que incumplir con estas exigencias termina por agotar la paciencia y hacer perder la confianza que la ciudadanía debe tener en las personas que eligió en los comicios.
También solicitaron que la Contraloría General de la República, la misma Defensoría del Pueblo u otra entidad creada exprofesamente, amplíen su radio de acción a las esferas internas legislativas autorizando sólo los viajes que sean justificados.
Es lamentable que tenga que llegarse a tal extremo en vista que algunos parlamentarios carecen de la honestidad y fuerza de voluntad para resistir a las tentaciones, elementos que son indispensables cuando se recibe el encargo del pueblo para gobernar…
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