domingo, 31 de enero de 2010

¡EL DILEMA DE LA CARRERA A SEGUIR…!


Miles de jóvenes egresan todos los años de las universidades peruanas, pero son muy pocos los que consiguen trabajo...


Imaginamos el estresante dilema que afrontan durante estos días los padres de familia que cuyos hijos concluyeron sus estudios secundarios.

Se relaciona con la carrera profesional que deben escoger entre las diversas opciones que ofertan las numerosas universidades que hay en Trujillo.

Sin embargo, existen otros factores congruentes, como la vocación y las aptitudes del postulante y, sobre todo, la condición económica del hogar.

De acuerdo a las estadísticas, en el Perú las probabilidades de seguir estudios universitarios son de cincuenta por ciento para quienes pertenecen a la condición alta.

El treinta y tres por ciento corresponde a los de la clase media y mucho menos del quince por ciento para los sectores pobres.

Superado el problema financiero, el postulante debe concentrarse en seleccionar aquello que más le guste y se adapte a sus condiciones intelectuales y físicas.

Algo más, sería conveniente trasladarse a la realidad en el futuro partiendo de la oferta y demanda del mercado laboral.

La investigación debería obtener información exacta sobre las posibilidades de lograr un puesto de trabajo y el promedio de las remuneraciones

En ese sentido, los promotores de las universidades no sólo deben preocuparse en captar estudiantes, sino en guiarlos de la mejor manera posible.

Incluso los centros superiores de estudios deben proporcionar datos acerca de los convenios firmados con empresas para realizar las prácticas pre profesionales, de preferencia pagadas.

Claro que lo ideal sería orientar al egresado sobre las empresas líderes de la zona con capacidad para contratar a los nuevos profesionales. Aunque esto en la práctica resulta una utopía.

Lo concreto es que, después de cinco o más años de esfuerzos del alumno y angustias económicas de los padres, egresan de las universidades miles de profesionales que se dedican a cualquier tarea, menos a ejercer la especialidad que figura en su título.

Así resulta engrosándose la interminable lista de desocupados en un ciclo que se repite en idéntica forma todos los años.

Ojalá algún día cambie este sombrío y alarmante panorama,,,

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