El tránsito vehicular en Trujillo puede colapsar porque cada día ingresan más vehículos, pero no se da de baja a ninguno...
Una interesante noticia nos llenó de
satisfacción. El sector automotor de Trujillo incrementó el doble del promedio
nacional.
Mientras en el medio, durante el
período comprendido entre enero y julio, las ventas crecieron cerca del treinta
por ciento, en el país solo alcanzó el quince por ciento.
El anuncio partió de la Asociación
Automotriz del Perú y fue tomado como una manifestación del buen clima
económico que se vive.
Y no quedó ahí. El informe revela el
interés de contar con personal técnico especializado en el rubro automotriz con
la finalidad de atender las demandas del mercado.
Complace de veras que se haya
producido este movimiento comercial que permite la circulación de un mayor
número de vehículos modernos en la región.
En especial porque eleva a la ciudad
al rango de las grandes urbes de los países desarrollados.
Sin embargo, es bueno reconocer que
en otras latitudes la introducción de unidades del año es simultánea con separar
de la circulación a los carros con cuatro, cinco años de antigüedad o menos.
Esta segunda fase, tan valiosa y
normal como la primera, no se ejecuta en Trujillo, ni en ninguna otra ciudad
del Perú.
El resultado es conocido por todos.
El desorbitado incremento del parque automotor que puede colapsar por los graves
problemas que representa.
Como es de suponer, si continuamos al
mismo ritmo, en unos cuantos años, las calles y avenidas de la ciudad serán
insuficientes para albergar miles de vehículos nuevos y viejos.
No solo eso, al consiguiente
problema de la congestión, se añadirán más atropellos, colisiones, contaminación
del medio ambiente y aumento de diversas enfermedades.
Prensa Virtual Trujillo se anticipa a los riesgos
que afrontaremos en un futuro muy cercano e invoca a las autoridades adoptar con
tiempo las medidas correctivas correspondientes.
La situación es grave. No esperemos
tener el problema en las narices para recién pensar en las posibles soluciones.
Podría ser demasiado tarde.
La voz de alerta debe alcanzar también
a los representantes liberteños y al propio gobierno nacional. El panorama que
se avizora hacia adelante es serio y preocupante.
Actuemos de una vez. La vida, salud,
seguridad y tranquilidad de las personas debe estar garantizada para evitar
sorpresas que pueden ser irremediables…
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