El afamado campeón mundial, Michael Schumacher, da un sabio consejo a los choferes del mundo...
La expresión del título está
dirigida a los conductores de vehículos. Puede padecer muy fuerte y hasta
hiriente.
Adelantamos que no es una creación nuestra.
Aunque coincidimos plenamente con la manera de pensar del autor.
El encabezamiento, por razones de
espacio, resume la declaración completa que es un poco más extensa.
Con exactitud, señala lo siguiente: “Creen
que tienen buenos reflejos, que nunca les va a pasar nada. Sus amigos les dicen
‘Schumacher' y consideran que son buenos pilotos…”
“Señores choferes: Respeten los límites de
velocidad. Respeten su vida y la de los demás. Por favor, no sean estúpidos…”
Son
las palabras del afamado y siete veces campeón mundial de la Fórmula Uno. El
alemán Michael Schumacher
Su sabio consejo fue pronunciado
durante una campaña contra los accidentes de tránsito iniciada en el vecino
país de Chile.
Allá, tal como ocurre en el Perú,
existen osados pilotos que en un equivocado afán de exhibicionismo manejan a
excesiva velocidad.
Ese atrevimiento es la causa de
numerosos accidentes con fatales consecuencias de muertos y heridos.
Por relación y coincidencia, los
mapochinos acostumbran nombrar como “Schumacher” a los pilotos que corren
demasiado.
Esa fue la razón que motivó a las
autoridades de transporte del gobierno sureño a invitar al famoso corredor
germano para abrir la interesante jornada.
En una de sus intervenciones, el as
del automovilismo aconsejó a los choferes en un spot con términos duros, pero dirigidos
a evitar más desgracias en las pistas.
Lo mismo debe hacerse en el Perú
donde las estadísticas revelan cifras en rojo cuando se efectúa el recuento de
las víctimas a causa de la excesiva velocidad.
La sentencia de Schumacher incluye también
a los pilotos imprudentes que originan colisiones por querer pasar a otra
unidad en las carreteras o a quienes conducen en estado de ebriedad.
Solo se exige tranquilidad, mesura,
responsabilidad y conocimiento del peligro de manejar a máxima
velocidad, pues cada automotor es semejante a un arma de fuego porque puede
causar la muerte.
El respeto constituye el fundamento
de la vida en sociedad y exige darle la preeminencia que se merece. Seamos más
civilizados y humanos.
Al final, tal como lo dice Michael,
hay que ser muy estúpidos para arriesgar la vida y la de los demás solo por querer
ganar unos cuantos segundos…
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