domingo, 8 de septiembre de 2013

CAMPAÑA CONTRA EL RUIDO: LIMA YA EMPEZÓ, ¿Y TRUJILLO…?



La campaña contra la contaminación sonora empezó en Lima. Trujillo debe seguir el ejemplo...

Uno de los más serios problemas, superado en otros países, que afectan a Trujillo, es el uso indebido del claxon por los conductores de vehículos.
            
En sucesivos artículos publicados por Prensa Virtual Trujillo hemos abordado el tema debido al elevado riesgo que significa para la población.
            
Está comprobado que las bocinas generan enfermedades graves como estrés, irritación, dolor de cabeza, nerviosismo, violencia y otros males más, incluso en los propios pilotos.
             
A pesar de eso, desde  hace mucho tiempo persiste la mala costumbre de utilizarlas. 

Además de las innecesarias sirenas  y cornetas (?) que deben ser eliminadas de inmediato porque existen normas que las prohíben.
            
La situación es tan grave que escuchar el estridente sonido, producido por taxis, combis y buses, es común en cualquier zona donde uno se encuentre.
             
No importa que sea cerca a un hospital, clínica, centro educativo, asilo de ancianos  o lugar de reposo.
             
O simplemente en la ciudad, pues aún estando dentro de su hogar, usted puede ser sorprendido en forma súbita por un bocinazo o alguien lo utiliza para llamar al amigo, en vez de bajarse y tocar la puerta de la casa.
             
Qué decir de los taxistas quienes, en su desesperación por buscar pasajeros, no han encontrado mejor manera que usarlo en su lento recorrido.
            
Conscientes de su misión, el SEGAT y organizaciones como Trujillo Ahora, han realizado estudios sobre el particular, así como labores de concienciación en los choferes.
             
El resultado es que aquí se superan todos los estándares máximos establecidos a nivel mundial y la contaminación sonora nos agobia.
             
Como lo hemos señalado antes. Basta de investigaciones como las que efectúa una comisión del ministerio del Medio Ambiente.
             
Solo queda hacer cumplir la ley y sancionar a los infractores.
            
La Municipalidad Provincial de Lima nos acaba de dar el ejemplo. Después de una labor de sensibilización sobre la prohibición, empezó a aplicar las multas.
             
Agentes de la policía e inspectores edilicios, ubicados en once puntos de la avenida Abancay, iniciaron su tarea para poner orden en la capital.      
             
La papeleta, para los olvidadizos, es de ciento cuarentaiocho soles.
            
Funcionarios de la comuna limeña han solicitado a los distritos aledaños unirse a la importante campaña en favor de la salud de la ciudadanía. Hagamos nuestro ese plausible llamado.
             
Trujillo puede ser mucho mejor si cada uno de nosotros empezamos a cumplir las disposiciones y respetamos a los demás. ¿Acaso es demasiado pedir…?

No hay comentarios: