El alcalde de Trujillo, César Acuña, con los trabajadores que pasarán a la historia al construir el primer by pass de la ciudad...
Fría mañana de agosto. Se había
programado una visita oficial de inspección al proyecto del by pass que se
construye en el óvalo Mansiche, el primero en la historia de Trujillo.
La invitación a los periodistas
figuraba desde muy temprano en el panel de la oficina de Imagen del municipio así
que todos estábamos advertidos.
Después de la hora señalada la
minivan de la comuna nos trasladó hasta allá. Como era lógico, había expectativa
por constatar la obra por dentro.
Estando en el lugar, se nos
proporcionaron los cascos protectores y comprobamos el adelanto. Sólo se
esperaba la llegada del alcalde.
Pronto apareció la conocida camioneta
negra desde donde bajó César Acuña Peralta acompañado de tres regidores y
funcionarios.
El recorrido se inició en el tramo
de la avenida Nicolás de Piérola y, entre las acostumbradas bromas del
burgomaestre, subimos a paso lento por seguridad.
La autoridad miraba a uno y otro
lado expresando su satisfacción por los
avances. Tanto que, cada cierto trecho, buscaba algún ángulo para posar y
tomarse unas fotos.
Así caminó hasta la intersección del
paso a desnivel con la pista que se dirige a Huanchaco, empezando el descenso.
En la parte baja se encontró con el
grupo de obreros encargados de los trabajos. Interrumpió la marcha y se acercó
a ellos para saludarlos y abrazarlos diciendo:
“Yo
sé que esto es obra de ustedes porque han dejado la vida para edificarla. Voy a
buscar recursos para darles más ocupación…”
“Deseo
que siempre tengan trabajo porque son padres de familia y cada día deben tener algo
para llevar a su casa…”
“Se
que moriré en vida, pero no en el tiempo. Me recordarán por lo que hice durante
los ocho años que fui alcalde…”
Sus expresiones se fueron entrecortando hasta
emocionarse y decir:: “Yo los voy a
recordar por la obra que están haciendo y dejo cinco mil soles de mi bolsillo
para repartirlo entre ustedes….”
“Quiero
compartir el dinero que Dios me ha dado con los que más necesitan…·
Vivas, aplausos y risas, provenientes
de los trabajadores, cerraron el acto que rompió todo el protocolo de la
visita.
La gratitud y el sentimiento
doblegaron al hombre que no dudó un instante en brindar parte de su fortuna a
los demás…
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