domingo, 8 de febrero de 2009

MOTOCICLISTAS: JUGANDO CON LA MUERTE…

Primera cuadra de Mansiche, frente al Segat. Un joven sale, sube a su moto, maneja con la mano derecha. En la izquierda lleva dos ventiladores...
Aunque parezca lo contrario, la motocicleta es un vehículo de dos ruedas, de gran velocidad y alto riesgo.

Existen en todas partes del mundo y, lógicamente, en el Perú. Las leyes, a nivel mundial, prohíben ser tripuladas sin casco.

La explicación es simple. Ante el peligro de una caída inminente, lo primero que debe protegerse es la cabeza del piloto.

Debido a esa razón, en el extranjero las tiendas del ramo promocionan las motos y el valor del casco está incluido en el importe total.

Ambos conforman un solo paquete. No se puede vender uno sin el otro.

En esas condiciones sería ilógico concebir que, teniendo el referido implemento de seguridad, no se utilice.

Como en el Perú -- y Trujillo no es la excepción -- la mayoría de la gente hace lo que se le antoja y las leyes en muchos casos no se cumplen, casi todos los conductores manejan sus motos sin casco.

Y no sólo eso. A su espalda llevan un pasajero más. Igualmente desprotegido. En ocasiones, van cuatro, incluyendo un menor de edad entre el grupo. Todos sin protección.

También se da el caso que vaya una sola persona pero, en el colmo de la insensatez, maneja con solo una mano. La otra es empleada para llevar algún bulto.
Lo peor es que parece que nos hemos acostumbrado a esas escenas, al extremo que con frecuencia transitan delante de la policía y no se les sanciona.
Esa es la razón por la cual en nuestro medio se producen muchos accidentes en motocicleta con las consiguientes consecuencias fatales.

Es indispensable que las autoridades correspondientes asuman el rol que la sociedad les ha encomendado y actúen con el rigor que la situación exige.
Se requiere una acción decisiva de la Policía Nacional y la gerencia de Transportes del municipio local.

Los padres de familia igualmente tienen un papel fundamental orientando y exigiendo a sus hijos el cumplimiento de las normas de seguridad para manejar moto.
No se puede seguir perdiendo vidas por la falta de sentido común de los motociclistas y la indiferencia de quienes tienen en sus manos la aplicación efectiva de la ley.

Es momento de actuar. La desgracia ronda calles, avenidas y carreteras. Hagamos conciencia del peligro que significa manejar moto a gran velocidad y sin casco.

No permitamos que los jóvenes y adultos continúen jugando, de manera irresponsable, con la muerte…

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