viernes, 6 de febrero de 2009

CONVIVIENDO CON LOS VOLCANES…


El humo blanco del volcán Asama se elevó a más de dos kilómetros de altura y algunos restos llegaron hasta Tokio... (Reuters)

Se conoce con el nombre de Cinturón de Fuego del Pacífico a casi todo el territorio de los países bañados por el océano del mismo nombre.

Estos son Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Centroamérica, México, Estados Unidos, Canadá, las islas Aleutianas, China y Japón, yendo de derecha a izquierda.

La estructura subterránea y acuática de estas naciones está conformada por placas que se encuentran en permanente fricción y acumulan constantes tensiones.

La liberación de esas fuerzas es la causa principal de los terremotos con su carga de destrucción y muerte.

Debido a esa razón, es que ocurren casi siempre sismos en Pisco, departamento de Ica, Perú.

Sucede lo mismo en Japón, que tiene en el Fujiyama, un volcán apagado que aparece hasta en los llaveros, una especie de símbolo nacional.

El Fuji-San, que significa “Señor Fujiyama”, como lo llaman con sumo respeto los japoneses, es el pico más elevado de la isla de Honshu y todo el país.

Esta situado entre las prefecturas de Shizuoka-Ken y Yamanashi-Ken.

Y, como una forma de refrendar lo expresado, hace unos días entró en erupción el volcán Asama, ubicado entre las prefecturas de Nagano-Ken y Gumma-Ken.

Una columna de humo blanco que se elevó a más de dos kilómetros de altura, fue lanzada desde su enorme cráter.

Felizmente, hasta el momento, no se han producido heridos, ni daños graves, aunque las cenizas fueron arrojadas a decenas de kilómetros.

Los últimos reportes informaron que fuertes vientos transportaron algunos restos hasta Tokio, la capital.

Es oportuno recordar que, por su frecuencia y casi familiaridad, los japoneses han aprendido a convivir con los volcanes y los sismos…

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