Los gases nocivos causan enfermedades y aceleran el calentamiento global...
El problema del calentamiento global y la contaminación ambiental es una de las más graves amenazas que afronta la población mundial.
Los expertos lanzaron la advertencia hace algún tiempo y, en lo que respecta a las grandes potencias, se han aprobado leyes y se encuentran encaminadas a hacerle frente.
Mientras que en el Perú prácticamente no se ha hecho nada. Casi no hay conciencia de la situación, ni se han adoptado las medidas correctivas aconsejadas.
Razones de carácter económico, por ejemplo, han motivado que tengamos uno de los parques automotores más viejos de Latinoamérica.
Parece ridículo decirlo, pero es una certeza que en las principales ciudades del país circulan vehículos con más de treinta años de antigüedad.
Carros que en otros países no existen, se movilizan con toda normalidad emanando anhídrido carbónico portador de diversas enfermedades y la misma muerte.
Sin embargo, rompiendo esquemas ancestrales, el municipio de la Provincia Constitucional del Callao, cercano a Lima, promulgó ayer una ordenanza histórica. Sin precedentes.
Dentro de los plazos fijados, los vehículos que presten servicio público no deben superar los quince años de antigüedad.
El propósito es renovar por completo el parque automotor, reducir al máximo la emisión de gases nocivos contaminantes y preservar la vida de las personas.
Parece una medida absurda. Pero la existencia humana y la conservación del planeta están sobre todo.
La disposición edilicia exige, así mismo, que la carrocería de los taxis que circulan en su jurisdicción sea pintada de color verde oscuro.
En esta forma, el Callao toma la iniciativa en una campaña mundial que debe ser imitada por todos los concejos del Perú.
Los expertos lanzaron la advertencia hace algún tiempo y, en lo que respecta a las grandes potencias, se han aprobado leyes y se encuentran encaminadas a hacerle frente.
Mientras que en el Perú prácticamente no se ha hecho nada. Casi no hay conciencia de la situación, ni se han adoptado las medidas correctivas aconsejadas.
Razones de carácter económico, por ejemplo, han motivado que tengamos uno de los parques automotores más viejos de Latinoamérica.
Parece ridículo decirlo, pero es una certeza que en las principales ciudades del país circulan vehículos con más de treinta años de antigüedad.
Carros que en otros países no existen, se movilizan con toda normalidad emanando anhídrido carbónico portador de diversas enfermedades y la misma muerte.
Sin embargo, rompiendo esquemas ancestrales, el municipio de la Provincia Constitucional del Callao, cercano a Lima, promulgó ayer una ordenanza histórica. Sin precedentes.
Dentro de los plazos fijados, los vehículos que presten servicio público no deben superar los quince años de antigüedad.
El propósito es renovar por completo el parque automotor, reducir al máximo la emisión de gases nocivos contaminantes y preservar la vida de las personas.
Parece una medida absurda. Pero la existencia humana y la conservación del planeta están sobre todo.
La disposición edilicia exige, así mismo, que la carrocería de los taxis que circulan en su jurisdicción sea pintada de color verde oscuro.
En esta forma, el Callao toma la iniciativa en una campaña mundial que debe ser imitada por todos los concejos del Perú.
Teniendo en cuenta nuestra localidad, aquí circulan muchos taxis destartalados, incluso sin focos, constituyendo un atentado contra los habitantes.
Es difícil, pero hay que aceptarlo. Si seguimos igual, nos iremos eliminando de manera paulatina, arrastrando con nosotros la destrucción de la Tierra.
No debemos olvidar que la medida tomada como modelo, debe ser también motivo para uniformar el color de los taxis.
Es increíble pensar que en nuestra urbe circulen vehículos de servicio público de todos los colores imaginados. Algo que no ocurre en ninguna ciudad moderna.
La municipalidad provincial y los transportistas tienen la palabra. Mientras tanto, la ciudadanía espera ver algún día Trujillo en el lugar que realmente le corresponde…
Es difícil, pero hay que aceptarlo. Si seguimos igual, nos iremos eliminando de manera paulatina, arrastrando con nosotros la destrucción de la Tierra.
No debemos olvidar que la medida tomada como modelo, debe ser también motivo para uniformar el color de los taxis.
Es increíble pensar que en nuestra urbe circulen vehículos de servicio público de todos los colores imaginados. Algo que no ocurre en ninguna ciudad moderna.
La municipalidad provincial y los transportistas tienen la palabra. Mientras tanto, la ciudadanía espera ver algún día Trujillo en el lugar que realmente le corresponde…
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