El sistema del pasajero veedor, propuesto por el ministerio de Transportes, debe implantarse en todo el país...
Incorporar al transporte terrestre el régimen especial del pasajero veedor constituye una excelente experiencia que contribuya de manera efectiva a reducir el porcentaje de accidentes de tránsito.
La iniciativa parte del ministerio de ramo y consiste en entregar a los pasajeros que utilicen las unidades móviles de conducción masiva, un formulario triplicado.
El documento está estructurado con la finalidad que los usuarios colaboren en el proceso de la seguridad vial durante el desplazamiento completo del vehículo.
Allí deben ser anotadas, de manera detallada, todas las incidencias producidas durante el viaje desde el instante mismo de la partida hasta llegar al destino final.
Por ejemplo, los pasajeros están en condiciones de anotar si el ómnibus se detiene en lugares no autorizados o el piloto permite subir a pasajeros en la ruta.
Así mismo, mencionar la cantidad de personas que son conducidas de pie o si el vehículo se desplaza a una velocidad superior a los noventa kilómetros por hora que es el limite establecido por ley.
Finalmente, se informará sobre el respeto al horario de trabajo de los conductores que no debe superar las cuatro horas continuas de manejo.
En otros casos, podría disponerse de personal especializado que figure entre los pasajeros y cumpla la función a plenitud, sin necesidad de ser percibido.
Un apéndice de la disposición ministerial deja a voluntad de los municipios la posibilidad de aplicar el mismo procedimiento en el transporte público urbano.
Sin embargo, en un país como el nuestro, donde la primera mala impresión que se lleva quien llega del extranjero, es el desorden en el transporte público, la norma debe ser impuesta con carácter obligatorio en todo el país.
Se estima que los alcaldes y los propios funcionarios ediles de transportes deben ser los primeros en aprovechar la idea para ponerla en práctica de inmediato. La colectividad los apoya.
No cabe duda que el programa piloto anunciado representa un valioso recurso para tratar de humanizar una área fundamental en lo que respecta al traslado de personas en vehículos, dentro y fuera de las ciudades.
Es indispensable tener presente que las diversas acciones orientadas a garantizar la seguridad de los pasajeros y evitar accidentes, siempre será bienvenida.
Al mismo tiempo, servirá para regular un rubro que en la realidad había rebasado el adecuado control de parte de las autoridades.
Señor ministro: Aplique usted sin demora el sistema de los pasajeros veedores a nivel nacional y los resultados favorables se verán de inmediato.
Ya es hora de enrumbarnos en el camino que los países desarrollados transitaron hace muchos años…
La iniciativa parte del ministerio de ramo y consiste en entregar a los pasajeros que utilicen las unidades móviles de conducción masiva, un formulario triplicado.
El documento está estructurado con la finalidad que los usuarios colaboren en el proceso de la seguridad vial durante el desplazamiento completo del vehículo.
Allí deben ser anotadas, de manera detallada, todas las incidencias producidas durante el viaje desde el instante mismo de la partida hasta llegar al destino final.
Por ejemplo, los pasajeros están en condiciones de anotar si el ómnibus se detiene en lugares no autorizados o el piloto permite subir a pasajeros en la ruta.
Así mismo, mencionar la cantidad de personas que son conducidas de pie o si el vehículo se desplaza a una velocidad superior a los noventa kilómetros por hora que es el limite establecido por ley.
Finalmente, se informará sobre el respeto al horario de trabajo de los conductores que no debe superar las cuatro horas continuas de manejo.
En otros casos, podría disponerse de personal especializado que figure entre los pasajeros y cumpla la función a plenitud, sin necesidad de ser percibido.
Un apéndice de la disposición ministerial deja a voluntad de los municipios la posibilidad de aplicar el mismo procedimiento en el transporte público urbano.
Sin embargo, en un país como el nuestro, donde la primera mala impresión que se lleva quien llega del extranjero, es el desorden en el transporte público, la norma debe ser impuesta con carácter obligatorio en todo el país.
Se estima que los alcaldes y los propios funcionarios ediles de transportes deben ser los primeros en aprovechar la idea para ponerla en práctica de inmediato. La colectividad los apoya.
No cabe duda que el programa piloto anunciado representa un valioso recurso para tratar de humanizar una área fundamental en lo que respecta al traslado de personas en vehículos, dentro y fuera de las ciudades.
Es indispensable tener presente que las diversas acciones orientadas a garantizar la seguridad de los pasajeros y evitar accidentes, siempre será bienvenida.
Al mismo tiempo, servirá para regular un rubro que en la realidad había rebasado el adecuado control de parte de las autoridades.
Señor ministro: Aplique usted sin demora el sistema de los pasajeros veedores a nivel nacional y los resultados favorables se verán de inmediato.
Ya es hora de enrumbarnos en el camino que los países desarrollados transitaron hace muchos años…
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