Mostrando una tierna mirada, el monito coloca una de sus manos sobre el torso de su amiga, la paloma... (Dailly Mail)
Un monito de doce semanas, deprimido desde que fue abandonado por su madre, encontró compañía en una inocente paloma.
El caso ocurrió en una clínica veterinaria de la provincia de Goangdong, China, donde se encuentran recluidos los dos animalitos.
La amistad surgió de repente. Un día de descanso se encontraron y, desde ese instante, se volvieron inseparables. Incluso duermen uno a lado del otro.
El ave por momentos levanta vuelo y el primate se pierde entre los árboles. Pero luego ambos tornan a juntarse.
Los médicos han establecido que el pequeño simio ha olvidado momentáneamente su soledad.
No hay explicación lógica a la unión de ambos por ser diferentes en todo.
Una muestra que el amor no entiende de edad, sexo, raza, religión, ni tampoco especie.
¡Cosas de la naturaleza…!
El caso ocurrió en una clínica veterinaria de la provincia de Goangdong, China, donde se encuentran recluidos los dos animalitos.
La amistad surgió de repente. Un día de descanso se encontraron y, desde ese instante, se volvieron inseparables. Incluso duermen uno a lado del otro.
El ave por momentos levanta vuelo y el primate se pierde entre los árboles. Pero luego ambos tornan a juntarse.
Los médicos han establecido que el pequeño simio ha olvidado momentáneamente su soledad.
No hay explicación lógica a la unión de ambos por ser diferentes en todo.
Una muestra que el amor no entiende de edad, sexo, raza, religión, ni tampoco especie.
¡Cosas de la naturaleza…!
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