A raíz de los últimos movimientos sísmicos producidos en distintas partes del mundo con salidas intempestivas del mar, han surgido confusiones e interpretaciones equivocadas.
En algunas ocasiones se emplean las palabras tsunami y maremoto como términos sinónimos, pero en la práctica son muy diferentes.
Sobre el particular
Al igual de lo que ocurre con una marejada que se relaciona con el desbalance oceánico provocado por la atracción gravitacional de
Por su parte, tsunami es un vocablo japonés acuñado en un congreso internacional en el año 1963, cuando se usó por primera vez.
Se le define como la ola o sucesión de olas de gran tamaño y fuerza que desplaza verticalmente masas oceánicas.
Las olas provocadas llegan a la costa separadas entre sí por unos quince o veinte minutos.
Por lo general, la primera no es muy alta, luego ocurre el descenso del nivel del mar o retiro de las aguas, seguida de la primera y consecutivas olas gigantes.
Los tsunamis pueden ser causados por terremotos locales u ocurridos a gran distancia, volcanes marinos, meteoritos, derrumbes costeros o subterráneos, incluso explosiones de gran magnitud.
Suelen presentarse en cualquier masa marina del mundo, pero con mayor frecuencia en el océano Pacífico cuyas márgenes son asiento de terremotos de grandes magnitudes, entre las que se encuentran las costas de Chile, Perú y Japón.
Los más terribles tsunamis de la historia han sucedido en distintas épocas como el de España, en 1755, cuyas olas de doce metros afectaron Huelva y Cádiz, originando dos mil muertos.
En 1918 un conjunto de olas gigantes destruyeron el denominado Paso de
La zona de Grand Banks, Canadá, sufrió los embates de las olas en 1929.
El 26 de diciembre del 2004 ocurrió el tsunami más devastador, tras el terremoto de 8.9 en la escala de Richter, cuyo epicentro fue la isla oceánica de Sumatra que causó 226,408 muertos en doce naciones ribereñas del océano Índico.
Las dudas fueron aclaradas y la advertencia sobre el peligro está planteada. Ahora sólo queda estar preparados…
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