jueves, 25 de marzo de 2010

¡EL PLANETA SE APAGA...!


La Hora del Planeta ha sido instituída para enfrentar el aumento gradual del calor en la Tierra...








Imaginemos que participamos de una fiesta en un lugar cerrado. Todas las luces prendidas. El equipo de sonido al máximo.

Mientras unos fuman, en la cocina se preparan algunos bocados calientes y el humo invade el ambiente.

No ha transcurrido ni una hora y se siente la necesidad de abrir las ventanas o salir corriendo a tomar aire.

Tal vez en esa forma pueda representarse, de manera simple, el problema del calentamiento global y el cambio climático que experimenta la Tierra en la actualidad.

Gigantescas chimeneas, procedentes de baterías de fábricas producto del proceso de industrialización de los países desarrollados, emiten toneladas de humo.

Vehículos viejos, cuyo uso está descartado en las grandes naciones por ser contaminantes, son adquiridos por países tercermundistas, como el Perú y envenenan a sus habitantes.

A ello se añade la quema de combustible, l
la infinidad de focos encendidos innecesariamente y los equipos eléctricos que permanecen enchufados, a pesar que no se usan.

Todos esos elementos gaseosos generadores de calor ascienden, quedan atrapados en la atmósfera y, al no lograr escapar, vuelven a impactar sobre la superficie terrestre.

El fenómeno fue comprobado por los científicos desde fines del siglo XIX. Entonces, se arribó a la conclusión que la temperatura de la Tierra aumenta a ritmo cada vez mayor.

Para revertir esa peligrosa situación se recomienda proteger los bosques, que atrapan y consumen el dióxido de carbono.

Igualmente, se estudia el empleo de otras fuentes de energía como la solar, eólica, de los ríos y las olas del mar.

Sin embargo, mientras se encuentren y generalicen los nuevos sistemas, la población mundial es consciente que nuestro planeta necesita respirar, oxigenarse.

En esa perspectiva de ayuda al globo terrestre, del cual dependemos para vivir y que nos sirve de morada, nació la denominada Hora del Planeta.

Gestada hace cuatro años por el Fondo Mundial para la Naturaleza, persigue que la población tome conciencia del problema y apague sus luces y aparatos eléctricos el sábado 27 de marzo.

El planteamiento ha escogido un momento determinado. Entre las ocho y media y nueve y media de la noche.

Se espera que este año se incluyan en la campaña más de mil millones de personas y una cifra superior a las seis mil ciudades del mundo.

Trujillo figura entre esas urbes. Eso nos compromete y obliga a participar activamente en la jornada.

Apaguemos todas las luces posibles a la hora señalada. Desconectemos los electrodomésticos.

Contribuyamos a que la Tierra se de un respiro en este movimiento ambiental intercontinental de emergencia.

Así, supervivirá más y continuará sirviendo de albergue a nosotros y a las futuras generaciones. Aquellas que seguirán nuestros pasos…

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