jueves, 3 de septiembre de 2009

PRESUPUESTO: ¿Y LOS MAESTROS CESANTES Y JUBILADOS…?


Los maestros cesantes y jubilados son los olvidados de siempre por los gobiernos que se suceden en el Perú...




En estos días entrará en debate en el Congreso el presupuesto de la república correspondiente al año que viene, según anuncio de un vocero oficial.

El proyecto de ley, coordinado con el ministerio de Economía, está orientado a lograr el equilibrio financiero y endeudamiento.

La propuesta contempla aumentos para la Fuerzas Armadas la Policía Nacional, los maestros y establece el sistema de vacaciones del sector público.

De primera intención, como era de esperar, el anuncio alegró a los directamente beneficiados.

Resulta que desde hace mucho tiempo, son los sectores que ostentan los más bajos sueldos en comparación con otros.

Sin embargo, en lo que respecta a los profesores, sólo se considera a quienes están incluidos en la promocionada carrera magisterial.

Se excluye de plano a los maestros cesantes y jubilados de todo el país. Aquellos cuyas remuneraciones quedaron íntegramente desfasadas hace muchos años.

Todo debido a una serie de atropellos que han sufrido por parte del mismo gobierno que en noviembre del 2004 les recortó sus derechos pensionarios.

Igualmente los ex docentes fueron eliminados del sistema de nivelación de pensiones similar al de los profesores en actividad.

No sólo eso. Tampoco reciben la bonificación por quinquenio que la ley del magisterio les faculta. Ahora tienen que cumplir sesenta y seis años de edad para recibir la irrisoria cantidad de quince soles como único beneficio.

Miles de maestros cesantes y jubilados, muchos de los cuales están a borde de la muerte, serán enterrados por sus deudos sin recibir el legítimo reconocimiento económico por luto y sepelio.

Finalmente, y para colmo de males, también se encuentran al margen en sus derechos de aumento de pensiones de acuerdo a la elevación del costo de vida.

A pesar de su caótica situación, el presupuesto del año próximo no los tiene en cuenta para nada.

Es el pago de las actuales generaciones a quienes entregaron su vida a estudiar y se sacrificaron para formarlos absorbiendo el polvo de la tiza y manteniéndose horas de pie.

La administración gubernamental actual, como las anteriores, los excluye de sus planes económicos. No obstante que sólo piden lo que les corresponde por ley.

Quienes dieron todo de si en las aulas, están ahora condenados a subsistir sus últimos años envueltos en la miseria, el olvido y la indiferencia.

El Presidente, ministros, congresistas, autoridades, nadie los recuerda. Sólo esperan el instante supremo que el Señor les tienda la mano para gozar a su lado lo que el mundo les niega…

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