Bicicletas perfectamente estacionadas en un lugar de parqueo especial. La línea blanca señala el límite posterior. Nótese el orden que guardan entre sí. Todo es realmente admirable....
Aunque en Japón es casi común que cada uno de los mayores de edad que integran la familia tenga un vehículo, el empleo de la bicicleta está muy generalizado.
Se puede afirmar que igualmente, cada miembro del hogar posee una propia.
No importa en lo más mínimo si uno se traslada al centro de trabajo en auto, tren, moto o en ella. Los compañeros de labores te miran sin llamarles a atención.
Lo mismo ocurre cuando desean hacer unas compras en el “supa” (supermercado) u otro lugar cercano, lo hacen en bicicleta. Ocurre en los pueblos pequeños y en las grandes ciudades, incluso la capital.
Por esa razón, estos vehículos siempre están dotados de un timbre y canastillas en la adelante, casi adheridas al timón o en la parte posterior.
Como es de imaginar, en Japón poseen un potente foco delantero que recibe energía a través de un dínamo que se pega a la llanta cuando es necesario.
Los estudiantes tienen el compromiso de asistir al centro de estudios en bicicleta provista de dos grandes faros en vez de uno.
Por su parte, los alumnos de años inferiores están obligados a conducir con casco para evitar problemas en caso de caídas. Está prohibido que los padres de familia conduzcan a sus hijos en automóvil a la escuela.
Respeto a la gente común y corriente, manejan velocípedo hombres y mujeres sin distinción de edad, muchos menos la condición económica que, aparentemente, no tiene importancia para las personas.
En ocasiones, puede llamar la atención que alguna joven estudiante lo haga en falda un poco corta, exhibiendo sus extremidades inferiores, pero sin ocasionar mayores sobresaltos.
Tal vez pueda parecer raro, pero en el archipiélago existen policías que acostumbrar desplazarse en esa unidad móvil para cumplir algunas comisiones.
Es frecuente ver en Tokio a personas vestidas de sebiro (terno o saco y corbata) montando la bici sin ningún problema.
La utilización de ese popular medio de transporte es tan común que el shyakusho o municipio, los centros de salud, establecimientos comerciales y lugares públicos tienen áreas especialmente diseñadas para su aparcamiento.
También poseen lugares especiales señalados para su desplazamiento y tienen la preferencia ante la presencia de un vehículo.
En realidad, no se concibe la vida de los japoneses sin el empleo de la bicicleta. Forma parte de su existencia misma.
Todo progresa en ese país. Pero este vehículo de dos ruedas continúa manteniendo la preferencia de la gente….
Se puede afirmar que igualmente, cada miembro del hogar posee una propia.
No importa en lo más mínimo si uno se traslada al centro de trabajo en auto, tren, moto o en ella. Los compañeros de labores te miran sin llamarles a atención.
Lo mismo ocurre cuando desean hacer unas compras en el “supa” (supermercado) u otro lugar cercano, lo hacen en bicicleta. Ocurre en los pueblos pequeños y en las grandes ciudades, incluso la capital.
Por esa razón, estos vehículos siempre están dotados de un timbre y canastillas en la adelante, casi adheridas al timón o en la parte posterior.
Como es de imaginar, en Japón poseen un potente foco delantero que recibe energía a través de un dínamo que se pega a la llanta cuando es necesario.
Los estudiantes tienen el compromiso de asistir al centro de estudios en bicicleta provista de dos grandes faros en vez de uno.
Por su parte, los alumnos de años inferiores están obligados a conducir con casco para evitar problemas en caso de caídas. Está prohibido que los padres de familia conduzcan a sus hijos en automóvil a la escuela.
Respeto a la gente común y corriente, manejan velocípedo hombres y mujeres sin distinción de edad, muchos menos la condición económica que, aparentemente, no tiene importancia para las personas.
En ocasiones, puede llamar la atención que alguna joven estudiante lo haga en falda un poco corta, exhibiendo sus extremidades inferiores, pero sin ocasionar mayores sobresaltos.
Tal vez pueda parecer raro, pero en el archipiélago existen policías que acostumbrar desplazarse en esa unidad móvil para cumplir algunas comisiones.
Es frecuente ver en Tokio a personas vestidas de sebiro (terno o saco y corbata) montando la bici sin ningún problema.
La utilización de ese popular medio de transporte es tan común que el shyakusho o municipio, los centros de salud, establecimientos comerciales y lugares públicos tienen áreas especialmente diseñadas para su aparcamiento.
También poseen lugares especiales señalados para su desplazamiento y tienen la preferencia ante la presencia de un vehículo.
En realidad, no se concibe la vida de los japoneses sin el empleo de la bicicleta. Forma parte de su existencia misma.
Todo progresa en ese país. Pero este vehículo de dos ruedas continúa manteniendo la preferencia de la gente….
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