El libro de Morgan Robertson escrito varios años antes, posee asombrosas coincidencias con la tragedia del Titanic...
La existencia humana está salpicada de sorprendentes coincidencias que son capaces de dejar asombrado a cualquiera.
Una de las más impresionantes se relaciona con el argumento de un libro y la desagracia del trasatlántico Titanic.
Cuando estaba por concluir el siglo XIX, en 1898, el antiguo oficial de la marina mercante estadounidense Morgan Robertson, escribió una obra.
La novela se tituló “Futility”, que en español significa futilidad, trivialidad, frivolidad o vanidad.
El documento describe la historia de un lujoso y gigantesco barco denominado Titán que se hunde en el océano Atlántico al colisionar con un iceberg.
Doce años después, el 12 de abril de 1912, se produjo el naufragio del Titanic, el más grande y suntuoso barco de la época.
Lo sorprendente es que los sucesos narrados por Morgan en su publicación coinciden casi exactamente con los hechos que se produjeron en la realidad.
Son acontecimientos coincidentes el mes de la tragedia, el número de tripulantes y de pasajeros, el tonelaje de la nave, magnitud del accidente, incluso la velocidad del impacto.
El paralelismo nos deja absortos, pues hasta existe semejanza en la insuficiente cantidad de botes salvavidas en el instante supremo de la catástrofe.
Hasta ahora, a apenas poco más de un año de cumplirse un siglo del hundimiento del Titanic, no se ha encontrado explicación a esta insólita similitud…
Una de las más impresionantes se relaciona con el argumento de un libro y la desagracia del trasatlántico Titanic.
Cuando estaba por concluir el siglo XIX, en 1898, el antiguo oficial de la marina mercante estadounidense Morgan Robertson, escribió una obra.
La novela se tituló “Futility”, que en español significa futilidad, trivialidad, frivolidad o vanidad.
El documento describe la historia de un lujoso y gigantesco barco denominado Titán que se hunde en el océano Atlántico al colisionar con un iceberg.
Doce años después, el 12 de abril de 1912, se produjo el naufragio del Titanic, el más grande y suntuoso barco de la época.
Lo sorprendente es que los sucesos narrados por Morgan en su publicación coinciden casi exactamente con los hechos que se produjeron en la realidad.
Son acontecimientos coincidentes el mes de la tragedia, el número de tripulantes y de pasajeros, el tonelaje de la nave, magnitud del accidente, incluso la velocidad del impacto.
El paralelismo nos deja absortos, pues hasta existe semejanza en la insuficiente cantidad de botes salvavidas en el instante supremo de la catástrofe.
Hasta ahora, a apenas poco más de un año de cumplirse un siglo del hundimiento del Titanic, no se ha encontrado explicación a esta insólita similitud…
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