De color rojo y amarillo, resalta en el centro el frasquito de Karai Abura que le otorga un gusto especial a las comidas japonesas...
Dicen que cuando una persona viaja a otro país, lo primero que empieza a extrañar con las comidas de su tierra natal.
Quienes hayan tenido la oportunidad de estar en el extranjero, podrán confirmar esta afirmación.
Cuando se trata de un viaje de paseo o por corto tiempo se comen, por curiosidad o novedad, los platos del pueblo visitado.
Sin embargo, en caso de estadía prolongada, la situación se complica y no queda más que acostumbrarse a los preparados del lugar que nos brinda hospitalidad.
Ocurrió con el autor de este blog en Japón. Lejos del cabrito, el cebiche, la papa a la huancaína y tantos exquisitos platos peruanos, hubo que familiarizarse con los más apetitosos del archipiélago.
Cuando el hambre arreciaba y no había tiempo de preparar comida alguna, nada era más agradable que una sopa Ramen bien caliente.
De lo contrario, caía estupendo el famoso Yasai itame, que es un saltado de verduras frito con muy poco aceite, sin ninguna clase de carne, que dejaba satisfecho a cualquiera.
Ambos, son dos de los alimentos favoritos de los japoneses, especialistas en devorarlos en contados minutos.
También consumen el Yasai sarada o ensalada de verduras y la Yasai supu o sopa de verduras.
Esos platos, como la mayoría de los que se encuentra en cualquier restaurante oriental, tienen como condimento la Goma Abura.
Su significado exacto en castellano es aceite de sésamo o ajonjolí, que también se vende en nuestro medio.
Pero hay una diferencia. Un toque distinto. El producto japonés es karai o picante. Equivalente, tal vez, al ají peruano.
Es decir que uno agrega apenas unas gotitas del aceite y la comida adquiere un sabor especial, propio del paladar sudamericano.
La goma abura, como es lógico, puede adquirirse en los centros comerciales. Al quedar satisfecho con su sabor, traje conmigo algunos frasquitos.
Escrito totalmente en japonés, dos kanjis en su etiqueta se leen como Karai Abura, algo así como aceite picante. Fabricado por Kadoya, con sede en Gotanda, Shinagawa Ku Nishi (Distrito oeste), Tokio To (Metrópoli).
A propósito, en Gotanda está ubicada la Embajada de Perú.
Hace pocos días, terminamos el último recipiente en casa y no tuve valor para desprenderme del frasco vacío de vidrio, arrojándolo a la basura.
No, no lo hice. A partir de hoy, forma parte del rincón de los recuerdos de mi visita a un maravilloso país…
Quienes hayan tenido la oportunidad de estar en el extranjero, podrán confirmar esta afirmación.
Cuando se trata de un viaje de paseo o por corto tiempo se comen, por curiosidad o novedad, los platos del pueblo visitado.
Sin embargo, en caso de estadía prolongada, la situación se complica y no queda más que acostumbrarse a los preparados del lugar que nos brinda hospitalidad.
Ocurrió con el autor de este blog en Japón. Lejos del cabrito, el cebiche, la papa a la huancaína y tantos exquisitos platos peruanos, hubo que familiarizarse con los más apetitosos del archipiélago.
Cuando el hambre arreciaba y no había tiempo de preparar comida alguna, nada era más agradable que una sopa Ramen bien caliente.
De lo contrario, caía estupendo el famoso Yasai itame, que es un saltado de verduras frito con muy poco aceite, sin ninguna clase de carne, que dejaba satisfecho a cualquiera.
Ambos, son dos de los alimentos favoritos de los japoneses, especialistas en devorarlos en contados minutos.
También consumen el Yasai sarada o ensalada de verduras y la Yasai supu o sopa de verduras.
Esos platos, como la mayoría de los que se encuentra en cualquier restaurante oriental, tienen como condimento la Goma Abura.
Su significado exacto en castellano es aceite de sésamo o ajonjolí, que también se vende en nuestro medio.
Pero hay una diferencia. Un toque distinto. El producto japonés es karai o picante. Equivalente, tal vez, al ají peruano.
Es decir que uno agrega apenas unas gotitas del aceite y la comida adquiere un sabor especial, propio del paladar sudamericano.
La goma abura, como es lógico, puede adquirirse en los centros comerciales. Al quedar satisfecho con su sabor, traje conmigo algunos frasquitos.
Escrito totalmente en japonés, dos kanjis en su etiqueta se leen como Karai Abura, algo así como aceite picante. Fabricado por Kadoya, con sede en Gotanda, Shinagawa Ku Nishi (Distrito oeste), Tokio To (Metrópoli).
A propósito, en Gotanda está ubicada la Embajada de Perú.
Hace pocos días, terminamos el último recipiente en casa y no tuve valor para desprenderme del frasco vacío de vidrio, arrojándolo a la basura.
No, no lo hice. A partir de hoy, forma parte del rincón de los recuerdos de mi visita a un maravilloso país…
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