Viajar en una combi en Trujillo es un verdadero suplicio,,,,
Anoche, después de mucho tiempo,
decidí regresar a casa a bordo de una destartalada combi, como muchas que
circulan en nuestro medio.
Era alrededor de las siete y, luego
de ubicar el vehículo en el que debía movilizarme entre decenas de unidades mal
estacionadas y el sonido infernal de bocinas y sirenas, logré subir.
Estaba en la esquina de la OR. Tan pronto lo hice, el cobrador, dirigiéndose al piloto, gritó: ¡Apaga la luz…!
La unidad estaba repleta y, en esas condiciones, la oscuridad se convierte en un aliado de primer orden para burlar a la policía. Aunque, a esa hora, tampoco se les ve en las esquinas.
Como no había asientos disponibles,
debía viajar de pie. Con la cabeza
encogida. El mentón pegado al pecho y sometido a los vaivenes propios de la
velocidad y paradas bruscas.
Unos metros más allá, ascendieron
dos señoritas que tuvieron que encorvarse igual que yo.
Avanzamos unas cuadras cuando, en
medio de la oscuridad reinante, se escucharon unos gritos femeninos dirigidos
al conductor.
¡Señor,
cuando haya gente de pie, vaya usted más despacio…!.
Resulta que una de las jóvenes se
fue de bruces contra un muchacho que viajaba sentado delante suyo debido a las
súbitas detenciones del carro.
A pesar del justo y airado reclamo,
no hubo respuesta alguna. El indiferente chofer siguió manejando a su antojo.
Mientras continuaba el recorrido,
alguien que estaba cerca a mi tuvo que bajar, así que ocupé su asiento.
Pronto sentí una larga cabellera que
furtivamente se deslizaba sobre mi rostro. No había mala intención de nadie.
Una chica que iba de pie, obligada
por las circunstancias del bajo techo de la combi, había inclinado su cabeza y
no encontraba la forma de evitarlo.
El vehículo continuaba lleno. Sin
espacio para nadie más. Pero, el porfiado cobrador seguía gritando por toda la
ruta en busca de más pasajeros.
¡Qué vulgar y pueblerino se ve todo ésto…!
Ser trasladado como sardinas en
verdaderas chatarras malolientes y cubiertas de óxido por doquier.
Ojalá que la anunciada renovación y
ordenamiento del transporte público en la ciudad sea pronto una realidad.
Los trujillanos nos merecemos algo mejor. Mucho mejor
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