miércoles, 31 de julio de 2013

TRANQUERAS: ¡LO SENSATO ES REGULARLAS…!

La vigencia  de las tranqueras se impone mientras no se solucione el problemas de la inseguridad ciudadana...


Hace unos días, la Municipalidad Provincial de Trujillo sostuvo una interesante reunión de trabajo en el salón consistorial.
            
El tema principal fue determinar si las tranqueras, que existen en algunas calles de la ciudad, son eliminadas o se regula su empleo.
            
Participaron en la cita los regidores y funcionarios de diversas áreas edilicias. Pero, como las opiniones estuvieron divididas, se postergó la decisión final para una fecha posterior.
             
Quienes apoyan la erradicación de tales implementos sostienen que se priva a la población del libre tránsito y es un atentado contra los principios constitucionales.       
             
Igual criterio trasmitió a la prensa el Defensor del Pueblo a quien desearíamos pronunciarse con la misma oportunidad y energía ante tantos atropellos que se cometen contra la ciudadanía.
              
Tanto la defensoría, como la gerencia de Desarrollo Urbano y generalmente los propietarios de vehículos,  piensan en forma semejante.
            
Sin embargo, sabemos que los dispositivos colocados por los vecinos en las esquinas de su barrio tienen la finalidad de protegerlos contra la inseguridad existente que es real y no solo una “sensación”, como algunos dicen.
             
Es una manera de defenderse ante la impotencia de  ser víctimas de la violencia que, por lo poco que se ha hecho, mantiene su escala ascendente.
            
Todo se agrava aún más por la inercia del gobierno. El presidente,  ministros y congresistas son reacios a adoptar acciones radicales e inmediatas contra el principal problema de la sociedad peruana, aparte de la corrupción.    
             
Frente a ese desinterés de quienes deben velar por la tranquilidad, seguridad y paz de la ciudadanía, surgió la necesidad de instalar las tranqueras.
             
Así se evita, aunque sea en parte, que ingresen al vecindario vehículos sospechosos que fuerzan puertas, arrebatan pertenencias al paso y huyen.
             
Se ha comprobado que en los lugares donde existen esta clase de obstáculos los latrocinios han disminuido.
             
Esa es la razón por la que, ante las dos posibilidades planteadas en la comuna sobre la eliminación o regulación de las tranqueras, nos inclinamos por la segunda posición.
             
Es necesario programar su funcionamiento. Dejar libres las veredas las veinticuatro horas. Cerrar la tranca a determinada hora de la noche y abrirla por las mañanas.
            
Que el municipio no sea como el gobierno. Que a pesar ser consciente del angustioso llamado de la gente solicitando seguridad, no le brinda amparo en los términos adecuados.
             
Señor alcalde. Amigos regidores. Regulen las tranqueras. Es lo más cuerdo y sensato. Los vecinos se lo agradecerán....

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