Vallejo logró un empate angustioso frente al Aurich ayer en Casa Grande...
Tarde soleada en el estadio
Municipal de Casa Grande. Desacostumbrada en estos grises días del invierno
actual.
El ambiente era ideal para que
Universidad César Vallejo ofreciera un buen espectáculo ante el Juan Aurich de
Chiclayo.
Había ansias de descobrarse la
derrota por la mínima diferencia de la primera rueda en el llamado Clásico del
Norte.
Fatalmente, el gol en contra del
primer tiempo trajo abajo el entusiasmo generado durante la semana anterior en
las filas “poetas”.
La situación se complicó más al
producirse la segunda anotación por un fatídico autogol.
El revés hizo reaccionar a los
jugadores locales. Es como si hubiesen esperado experimentar el sufrimiento
para recién demostrar que también podían imponer condiciones en el gramado.
Con el apoyo del público
casagrandino que no dejó de alentarlos, fueron con todo a la ofensiva.
Llegó el descuento. Y persistieron en el empeño abriendo su juego
ante el arco de Delgado por el centro y
las puntas.
Sobre el límite del tiempo oficial
vino el tanto de la igualdad que sirvió para salvar el honor.
Sin embargo, cabe la siguiente
pregunta: ¿Por qué hay que esperar estar perdiendo para empezar a jugar bien…?
¿Son acaso masoquistas los dirigidos por Rivera…?
La motivación ganadora exhibida
después de recibir los dos goles en contra debe mostrarse desde el pitazo
inicial. Nunca lo olviden.
A mitad de semana viene un partido
difícil frente a Alianza Lima que, al igual que Vallejo, logró ayer un agónico
empate en Chimbote con el José Gálvez.
La UVC ya venció a los íntimos en
Mansiche en la rueda anterior. Eso quiere decir que saben cómo ganarle.
Solo queda ser aplicados. Estar
concentrados y jamás bajar la guardia...
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