lunes, 23 de julio de 2012

¡SOLO DEBE COLOCARSE LA BANDERA…!

A la izquierda la Bandera Nacional que deben lucir las viviendas. A la derecha el Pabellón Nacional, exclusivo de las entidades públicas y las Fuerzas Armadas y policiales...

Una de las tradiciones que conserva la población peruana con ocasión de la celebración de las Fiestas Patrias es colocar en el frontis de su casa la Bandera Nacional.

La costumbre adquiere carácter obligatorio a través de una ordenanza municipal que incluso menciona una sanción para quien la incumpla.

Ante ambas exigencias queda el compromiso moral de honrar a la Patria izando nuestro símbolo al recordar el aniversario de su independencia.

Eso permite que Trujillo y todas las ciudades del país luzcan embanderadas otorgándoles un singular panorama a los visitantes.

Con la finalidad de uniformar criterios, la comuna imparte directivas en torno a las dimensiones que debe caracterizar el emblema.

Nuestra Bandera Nacional consta de una franja blanca transversal entre dos encarnadas o rojas del mismo ancho.

Con esas referencias y manteniendo el criterio de la proporcionalidad, las propias familias están en condiciones de confeccionarla.

Claro que quienes desean simplificar las cosas, pueden comprarla, pues salen a la venta en esta época.

Y es allí donde surge el problema, porque los comerciantes no solo expenden la Bandera Nacional, sino también el Pabellón Nacional.

Una y el otro se diferencian en el escudo que lleva al centro el último de los nombrados, mientras que la bandera exhibe solo una franja blanca.

Es oportuno destacar que el Pabellón Nacional únicamente puede ser utilizado en forma exclusiva por las entidades públicas y las Fuerzas Armadas y policiales.

Por su parte, el compromiso adquirido de la sociedad es izar la Bandera Nacional y de ninguna manera el Pabellón Nacional.

Los símbolos patrios representan a la nación en el más alto sentido de la palabra, por lo tanto merecen respeto y veneración.

Ante esta realidad, es conveniente que las autoridades coordinen con los fabricantes de las banderas que deben vender al público, eximiéndose de colocarle el escudo al centro.

La ciudadanía, mientras tanto, debe adquirir la bandera que las autoridades aconsejan y ninguna otra.

Debemos ser conscientes del cumplimiento de las normas, pues esta situación se presenta desde el año pasado y merece adoptar los correctivos de caso para evitar que se repita en el futuro…

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