Sugerente vaca decorada con periódicos en una de las calles de Madrid, España... (Silvia Zavala)
Una original feria concita actualmente la atención de los españoles a través del Cow Parade, las Vacas Ostentosas o el Festival de las Vacas Decoradas.
Los organizadores han instalado en las calles de los distritos del Centro, Retiro y Salamanca un total de ciento cinco esculturas rumiantes.
Se trata de la mayor exposición gratuita al aire libre del mundo que por primera vez se realiza en la capital de España entre los meses de enero y marzo.
En el 2005 la muestra se efectuó en Barcelona y en el 2008 en Vigo, concitando la admiración de miles de visitantes.
La primera exposición vacuna se efectuó en Zurich, Suiza, en 1998 y posteriormente en ciudades como Nueva York, Lisboa, Sydney, Sao Paulo, Moscú, Estambul y Tokio.
El festival de Madrid tiene actualmente setenta patrocinadores y se espera llegar hasta los ciento cincuenta.
Cada uno de ellos invierte un promedio de ciento veinte mil euros por vaca confeccionada por un escultor en fibra de vidrio.
Al final de la exhibición callejera todas las obras son subastadas y las ganancias entregadas a una ONG.
Lo más interesante es el colorido y la alegría que dan los bustos de los animales colocados en zonas representativas de la ciudad.
Una costumbre que se ha convertido en toda una tradición que recorre en mundo por las grandes urbes…
Los organizadores han instalado en las calles de los distritos del Centro, Retiro y Salamanca un total de ciento cinco esculturas rumiantes.
Se trata de la mayor exposición gratuita al aire libre del mundo que por primera vez se realiza en la capital de España entre los meses de enero y marzo.
En el 2005 la muestra se efectuó en Barcelona y en el 2008 en Vigo, concitando la admiración de miles de visitantes.
La primera exposición vacuna se efectuó en Zurich, Suiza, en 1998 y posteriormente en ciudades como Nueva York, Lisboa, Sydney, Sao Paulo, Moscú, Estambul y Tokio.
El festival de Madrid tiene actualmente setenta patrocinadores y se espera llegar hasta los ciento cincuenta.
Cada uno de ellos invierte un promedio de ciento veinte mil euros por vaca confeccionada por un escultor en fibra de vidrio.
Al final de la exhibición callejera todas las obras son subastadas y las ganancias entregadas a una ONG.
Lo más interesante es el colorido y la alegría que dan los bustos de los animales colocados en zonas representativas de la ciudad.
Una costumbre que se ha convertido en toda una tradición que recorre en mundo por las grandes urbes…
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