La velocidad de rotación de la Tierra varía obligando a incorporar segundos al término de algunos años...
Como las personas, los años también "tienen" sus gustos, caprichos y preferencias.
El 2008 no se quiere ir. Poseerá más vigencia en comparación con el 2007.
Tan igual como ocurrió con el 2005 y 1998 este año, que da sus últimos estertores, tendrá un segundo más.
Quiere decir que este 31 de diciembre será más largo que el mismo día del año pasado.
La explicación es sencilla y se basa en el ajuste que debe efectuarse debido a la variación de la velocidad de la Tierra al rotar a causa de la fuerza del viento.
En este caso, las mareas de los océanos y las cordilleras de los distintos continentes cumplen una función determinante, pues contribuyen a frenar o acelerar el movimiento terráqueo.
Las diferencias mínimas de tiempo al sumarse por mil o dos mil días, pueden generar pequeños desfases, que obligan a la incorporación de segundos al término de algunos años.
La forma de medir ese ciclo, por nanosegundos, de manera más precisa, es utilizando relojes atómicos.
Estos aparatos funcionan contando el número de vibraciones del átomo cesio que equivale a 9.192.631.770 veces, permitiendo determinar con exactitud la duración de un segundo.
Como puede comprobarse, los años bisiestos, que agregan un día más al mes de febrero, no bastan para superar las variaciones en la velocidad de la Tierra y el tiempo empleado en su rotación.
Por eso es que se presentan circunstancias, como la que ocurre con este año, que se resiste a terminar como los demás.
Como ocurría con cualquier mortal. Desea permanecer aún con nosotros.
Quizá semejando a aquel joven enamorado que debe irse, porque la chica no tiene más tiempo del otorgado por sus padres, pero se le hace difícil hacerlo.
El año 2008 ha pedido ayuda. No quiere morir. Las leyes astronómicas han aceptado su ruego y extendieron su vida un poco más.
Aunque sea apenas por un segundo…
El 2008 no se quiere ir. Poseerá más vigencia en comparación con el 2007.
Tan igual como ocurrió con el 2005 y 1998 este año, que da sus últimos estertores, tendrá un segundo más.
Quiere decir que este 31 de diciembre será más largo que el mismo día del año pasado.
La explicación es sencilla y se basa en el ajuste que debe efectuarse debido a la variación de la velocidad de la Tierra al rotar a causa de la fuerza del viento.
En este caso, las mareas de los océanos y las cordilleras de los distintos continentes cumplen una función determinante, pues contribuyen a frenar o acelerar el movimiento terráqueo.
Las diferencias mínimas de tiempo al sumarse por mil o dos mil días, pueden generar pequeños desfases, que obligan a la incorporación de segundos al término de algunos años.
La forma de medir ese ciclo, por nanosegundos, de manera más precisa, es utilizando relojes atómicos.
Estos aparatos funcionan contando el número de vibraciones del átomo cesio que equivale a 9.192.631.770 veces, permitiendo determinar con exactitud la duración de un segundo.
Como puede comprobarse, los años bisiestos, que agregan un día más al mes de febrero, no bastan para superar las variaciones en la velocidad de la Tierra y el tiempo empleado en su rotación.
Por eso es que se presentan circunstancias, como la que ocurre con este año, que se resiste a terminar como los demás.
Como ocurría con cualquier mortal. Desea permanecer aún con nosotros.
Quizá semejando a aquel joven enamorado que debe irse, porque la chica no tiene más tiempo del otorgado por sus padres, pero se le hace difícil hacerlo.
El año 2008 ha pedido ayuda. No quiere morir. Las leyes astronómicas han aceptado su ruego y extendieron su vida un poco más.
Aunque sea apenas por un segundo…
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