miércoles, 5 de diciembre de 2007

SIN SEGURIDAD NO HAY PROGRESO...

Los pèriodistas limeños fueron asaltados
dentro de un taxi pirata.




Que Trujillo es una ciudad insegura no es una novedad. Lo acaban de confirmar los últimos sucesos ocurridos durante la realización del CADE.

Como para que no lo olviden y ellos mismos sean los protagonistas de la noticia, dos periodistas capitalinos fueron asaltados dentro de un taxi.

Llegaron hasta nuestra urbe para informar los detalles del importante evento anual. De paso gozar del buen clima, que perdimos hace tiempo y de la tranquilidad provinciana, que se ha convertido en un anhelo.

Simultáneamente se nos destiñe la etiqueta de ciudad primaveral, pues las soberanas del certamen de las flores que vienen cada año, terminan resfriadas o muy enfermas al concluir el corso debido a los gélidos vientos del atardecer.

Y qué decir de la inseguridad ciudadana. Los mismos reportes policiales reconocen la oleada de gente de mal vivir procedente de otras ciudades que han arribado motivadas por el inusitado despegue económico de Trujillo.

Sin embargo, aparte de los delitos cometidos por los delincuentes comunes, figuran aquellos que se escudan en los vehículos de servicio público.

Hace más de un año que se inició el proceso de empadronamiento de los conductores de taxis por parte de la Municipalidad Provincial de Trujillo.

La medida tiende a identificar a los verdaderos pilotos y diferenciarlos de quienes no lo son.

Al final de la verificación, los choferes recibirán una placa de plástico con su foto y datos personales y otra más pequeña otorgada por la policía.

También lucirán un uniforme que siempre debe estar muy aseado, como su cuerpo.

Sólo les faltaría que luzcan gorro, guantes blancos y que sus unidades estén en perfectas condiciones y, sobre todo, muy limpias, tal como ocurre en el extranjero.

A todo ello habría que añadir un comportamiento digno de profesionales que trabajan ofreciendo un servicio y por lo tanto, deben dar buen trato al cliente y al mismo tiempo, a los peatones.

Los plazos para que todo esto funcione se acortan y se espera que el advenimiento del nuevo año nos depare una mejoría en esta área tan importante del transporte de pasajeros.

Lo mismo se espera de la policía y del poder judicial, al igual que del congreso para que promulgue leyes dedicadas a erradicar de plano la delincuencia.

No debemos olvidar que en toda sociedad insegura, los signos del progreso se hacen, con frecuencia, mucho más lentos...







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