domingo, 9 de diciembre de 2007

EL LLANTO DE LA CAMPANA

La campana emite el lamento de una niña...


No cabe duda que todos los recursos son apropiados para promover el turismo y obtener las jugosas ganancias que suele proporcionar a cada país.

Es la única forma como se puede explicar lo que refiere el catedrático de la Universidad de Cantabria, en Santander, España, Andrés Iglesias, gran amigo de viajes con quien mantengo permanente comunicación.

Simultáneamente a su tarea docente, él tiene la responsabilidad de organizar congresos a nivel internacional, por lo que recorre con frecuencia todo el mundo.

El mes pasado estuvo en Corea del Sur y cuenta que al término del evento, los participantes fueron conducidos al interior del territorio para visitar los lugares de mayor interés.

Estuvieron en Pusan, ciudad sede del Mundial Corea-Japón y se trasladaron, luego de una hora de viaje en bus, a Gyeongju.

La comitiva recorrió la urbe hasta llegar al Museo Nacional que existe en el lugar y en cuya entrada lo que más destaca es una enorme campana de dos toneladas de peso.

Al quedar mirándola, relataron los guías que cuando se fundía el bronce para hacer el gigantesco carillón cayó al crisol una niña.

En esa forma se explica que cada hora, se escuche un sonido grabado que da la impresión de ser efectivamente el lamento de una nena.

Historia real o ficticia. Lo evidente es que genera la atención e inquietud de los visitantes.

Tomando este ejemplo. ¿Se imaginan ustedes la cantidad de leyendas incaicas que podríamos rescatar para incentivar el turismo hacia el Perú….?

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