viernes, 28 de diciembre de 2007

LOS SABIOS TAMBIÉN AMAN…


Einstein también cayó en las redes del amor...

Albert Einstein, el físico judío-alemán más representativo del siglo XX, se hizo famoso por haber formulado la Teoría de la Relatividad de gran vigencia hasta la actualidad.

Casado en 1903 con Mileva Maric, estudiante de la misma especialidad, llevó una vida agitada dando conferencias en diferentes partes del mundo.

La solidez de sus investigaciones motivó ser galardonado con el premio Nobel de Física.

Sin embargo, hace pocos años la Universidad Hebrea de Jerusalén divulgó el contenido de numerosas cartas remitidas a varias damas, estando casado con su prima Elsa, quien llegó a ser su segunda esposa.

Las misivas fueron entregadas a ese centro de estudios por Margot, hija de Elsa, a comienzos de 1980.

La única exigencia de la donante fue que no se revelara su contenido, sino hasta veinte años después de su muerte. Ella falleció el 8 de julio de 1986.

Transcurrido más tiempo del prudencial, la universidad difundió los documentos en los que se identifica a personajes como Estella, Ethel, Tony y Margarita, a quien el mismo Einstein califica como su “amante espía rusa”.

Igualmente hace alusión a otras dos personas a las cuales menciona únicamente con las iniciales “M” y “L”.

Sobre la primera dice en un acápite: “es cierto que me siguió (a Inglaterra) y su persecución está yendo fuera de control…”

Y respecto a la siguiente anota: “de todas las damas estoy encariñado sólo de la señora “L” que es absolutamente inofensiva y decente…”

Igualmente hace referencia a distintos regalos que recibió de sus preferidas, quienes lo agasajaban con un afecto “no deseado”, según sus propias palabras

Esto es una muestra evidente que, muchas veces, las cosas del corazón son más fuertes que las de la razón.
Y, sobre todo, que ni los personajes más célebres y famosos, como el sabio Albert Einstein en este caso, están libres de caer en sus redes...

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