Concurrida calle de Seúl, Corea del Sur, donde muchos hoteles tienen de todo para preservar la salud de sus huéspedes...
Una de las catástrofes que con frecuencia afectan a la humanidad son los incendios. Se producen en todas partes y en el momento menos esperado.
Las pérdidas humanas y materiales ocasionadas a causa de estos desastres son lamentables e incalculables. Por eso siempre se tratan de adoptar las medidas más eficaces para contrarrestar sus efectos.
En forma particular, existen instituciones privadas en diferentes partes del mundo, que adoptan una serie de medidas para hacer frente a estos siniestros.
Es el caso de Corea del Sur donde, en algunos de los hoteles de Seúl, al abrir el closet es fácil encontrar en su interior un mameluco metálico ignífugo, capaz de resistir altas temperaturas, tal como el que utilizan los bomberos, pero más delgado.
No es todo. Cerca a la ventana se encuentra una cuerda colgada de una argolla, capaz de soportar doscientos kilos de peso, según las instrucciones en inglés.
Está demás señalar que, en ambos casos, las indicaciones mencionan el instante y la forma de utilizar tales implementos.
Pero el colmo de la seguridad y protección de la salud de los huéspedes se manifiesta en la existencia de una caja de animación cardiaca inmediata.
La descripción detallada de todos estos implementos constituye una muestra de la forma acelerada como avanzan los países desarrollados.
¡Algo digno de ser imitado…!
Una de las catástrofes que con frecuencia afectan a la humanidad son los incendios. Se producen en todas partes y en el momento menos esperado.
Las pérdidas humanas y materiales ocasionadas a causa de estos desastres son lamentables e incalculables. Por eso siempre se tratan de adoptar las medidas más eficaces para contrarrestar sus efectos.
En forma particular, existen instituciones privadas en diferentes partes del mundo, que adoptan una serie de medidas para hacer frente a estos siniestros.
Es el caso de Corea del Sur donde, en algunos de los hoteles de Seúl, al abrir el closet es fácil encontrar en su interior un mameluco metálico ignífugo, capaz de resistir altas temperaturas, tal como el que utilizan los bomberos, pero más delgado.
No es todo. Cerca a la ventana se encuentra una cuerda colgada de una argolla, capaz de soportar doscientos kilos de peso, según las instrucciones en inglés.
Está demás señalar que, en ambos casos, las indicaciones mencionan el instante y la forma de utilizar tales implementos.
Pero el colmo de la seguridad y protección de la salud de los huéspedes se manifiesta en la existencia de una caja de animación cardiaca inmediata.
La descripción detallada de todos estos implementos constituye una muestra de la forma acelerada como avanzan los países desarrollados.
¡Algo digno de ser imitado…!
No hay comentarios:
Publicar un comentario