La colectividad pide cambiar las combis por buses en Trujillo...
El año 2014 será recordado porque
varias empresas locales de transporte público de pasajeros emprendieron la
renovación de sus unidades móviles.
Conscientes
que los vetustos buses que utilizaban habían cumplido su ciclo, hicieron números y
compraron nuevos vehículos.
Acogieron en forma positiva la
sugerencia de las autoridades municipales, especialmente, el constante reclamo
de los usuarios.
Se alinearon así en el rublo del
transporte empresarial moderno que no solo persigue incrementar sus ingresos,
sino ofrecer un mejor servicio.
Dejaron atrás los antihigiénicos ómnibus
de pasamanos oxidados, ventanas con vidrios domésticos, asientos sin bases y deficiencias
similares.
Dentro del aspecto urbanístico,
otorgaron su cuota efectiva en beneficio del orden y la buena imagen de la
ciudad. Se espera que, paulatinamente, los consorcios restantes sigan el
ejemplo
Ahora la colectividad solicita que la
iniciativa privada propietaria de combis adopte la misma actitud y proceda al
cambio por buses.
Es oportuno resaltar que, originalmente,
dichos vehículos son fabricados para
trasladar un máximo de diez personas sentadas.
No obstante y de manera
inexplicable, las autoridades permiten que su primigenia estructura interior sea
modificada por completo.
Fueron incorporados rústicos y
ridículos asientos reduciendo espacios al extremo que las rodillas impactan
sobre el espaldar anterior.
Colocaron otros subiendo a la
izquierda obligando al pasajero a tener las piernas casi sobre el vacío al
abrir la puerta.
Pero, el colmo de la
desconsideración contra la comodidad del pasajero resulta con la improvisación
de asientos a espaldas del chofer y el copiloto.
¡Y allí “entran” cuatro personas…! Simplemente,
increíble.
Adelante, dispuesto para el
conductor y un acompañante, se sientan tres y el cinturón de seguridad solo
alcanza para uno.
Si no hay asientos libres y, por
necesidad, alguien acepta hacerlo de pie, el viaje se convierte en una aventura
por el calvario que soporta.
Entonces debe “doblarse”, formar una
“C”, abandonar su cuerpo a los vaivenes del movimiento del carro y exponerse a
impactar con los demás.
Hay que agregar la presencia del
cobrador, casi nunca bien presentable, cuyo cuerpo está en contacto con los
pasajeros.
De ahí la interrogante que ojalá, algún
día, Elidio encuentre solución: ¿Y cuándo cambian las combis por buses…?
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