Original robocop.calavera de tamaño natural creado por Guillermo Pérez Asseo...
Una de las más sublimes, excelsas
e indescifrables manifestaciones del ser humano a
través del tiempo, es el arte.
Consiste en utilizar recursos naturales,
plásticos, metálicos, sonoros o lingüísticos
para plasmar producciones originales y propias.
Basado en esos principios, Guillermo
“Cucho” Pérez Asseo ha recogido elementos inservibles al común de las personas
para crear verdaderas obras de arte.
Cuenta que desde la infancia quedó
motivado por un trencito reciclado que le regaló su padre Guillermo Pérez
Malpica, a quien le dedica su exposición. Quería hacer algo similar.
Cierto día, observando diferentes
trozos de aparatos que no servían para nada en su hogar, el almacén y el taller, decidió
convertirlos en algo útil.
Cadenas, bocinas, rodajes, pernos,
tuercas, tornillos, anclajes, anillos, resortes, ejes, alambres, tubos, partes
de motor, todo, todo adquirió súbitamente valor para el artista.
Elementos descartables que se compran
y venden por montones, para ser fundidos, a precio de regalo podían cambiar de
destino.
“Cucho” reunió los trastos y los
sometió, uno por uno, a un acucioso análisis desde diversas perspectivas.
Concluyó que la unión, mediante la
soldadura, de un simple rodaje podría servir para diseñar el cuerpo y hacer un
pollito.
O que las gruesas y negras cadenas
de una motocicleta constituían la base ideal para dar forma al cuerpo completo
de un lagarto con las fauces abiertas.
Que colocando un cuchillo al costado
de otro servirían para confeccionar las alas abiertas dispuestas a emprender
vuelo de una majestuosa águila.
Y así sucesivamente. Un resorte
gigante dio lugar a un elefante y otros pequeños, colocados en serie, a un
ciempiés.
Identificado con el trujillanismo, utilizó
tornillos de distinta dimensión ubicados adecuadamente para a dar luz a una
pareja bailando con gran salero la marinera pañuelo al aire.
Evocando aquel gracioso pasaje de la
vida de San Martín de Porres, confeccionó con alambres al perro, el gato y el
ratón.
Un guerrero, un soldado y un tanque elaborados
con piezas de un viejo motor de auto dan paso al área bélica.
Sin embargo, los trabajos más
atractivos y que lo obligaron a desarrollar el ingenio constituyen un personaje
alienígena y una calavera-robocop de tamaño natural.
Eso y mucho más podrán admirar
gratuitamente cualquier día de estos en la Casa de la Emancipación del Banco
Continental. ¡No se lo pierdan…!
La obra de Pérez Asseo demuestra que
el arte, en ocasiones, permanece escondido. Corresponde al hombre descorrer el
velo y revelarlo…
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