"La tolerancia es la
mejor religión…”
(Víctor Hugo)
El periodismo mundial está de luto.
El cobarde atentado contra una publicación francesa acabó con ocho colegas y
cuatro personas más.
Ocurrió en París cuando un grupo
terrorista atacó con armas de largo alcance la sede del semanario Chalie Hebdo.
El director, tres caricaturistas y
cuatro hombres de prensa más sucumbieron ante la metralla lanzada a mansalva.
Todos laboraban en la edición del
semanario que se vendía a un euro y alcanzó popularidad en los últimos años por
satirizar a las distintas religiones del mundo.
Su especialidad eran las caricaturas
perennizadas con tan exquisita genialidad que terminaban arrancando sonrisas en
los lectores.
Eso fue suficiente para despertar la
furia de unos extremistas que consideraron que matando a los periodistas
terminarán con la libertad de expresión.
Se equivocaron. Fue su peor error.
Porque ella se sustenta en el sagrado principio según el cual todo ser humano
tiene derecho a opinar sin ser hostigado por sus ideas.
En el ámbito periodístico dicha
máxima incluye realizar investigaciones, acceder a la información y trasmitirla
sin barreras.
Justo fue eso lo que realizaron los
hermanos franceses por quienes el planeta entero lamenta ahora su desaparición.
Es lo mismo que nosotros realizamos
todos los días sentados ante el ordenador teniendo como base fundamental el decir
siempre la verdad.
Tan pronto se conoció este luctuoso
suceso los reporteros de todos los países del orbe se unieron en una cadena
virtual para elevar una oración y su enérgica protesta.
Caricaturistas de distintos países,
emulando a sus compañeros, dibujaron trazos dedicados a los mártires del
periodismo.
PRENSA VIRTUAL TRUJILLO, fiel a su línea, se pone en
la misma fila y acoge el lema del semanario galo Charlie Hebdo que dice: “La libertad de expresión, no es
negociable…”
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