El cambio de opinión de los congresistas sobre la ley laboral juvenil fue por cálculo político, según la última encuesta...
“Se puede engañar a algunos todo
el tiempo y
a todos algún tiempo. Pero no se puede
engañar a todos todo el tiempo…”
(Abraham Lincoln)
Engañar a los ciudadanos que los eligieron
ha sido la constante de numerosos políticos peruanos a través de la historia.
Felizmente la realidad demuestra
que, de manera progresiva, el pueblo ha ido madurando. Y eso, es motivo de
satisfacción.
Denuncias, informes y revelaciones
de la prensa sirvieron para modificar su tradicional y perjudicial perspectiva
Una forma de demostrarlo, es a
través de las encuestas de opinión que con frecuencia realizan los medios de
comunicación.
Como el último sondeo nacional urbano
de Ipsos al tratar sobre los congresistas que votaron a favor de la ley de
empleo juvenil y pronto se retractaron.
Hubo quienes en un principio le
dieron el visto bueno y, más tarde, al constatar la reacción popular, consideraron
que no era una norma adecuada.
La pregunta directa fue ¿Cuál
es la principal razón para que hayan cambiado de opinión…?
El cuarentaicuatro por ciento de los
entrevistados contestó que fue solo por cálculo político, pues no les convenía apoyar una medida
aparentemente impopular.
O sea que la colectividad no cree en
la palabra de los parlamentarios que afirmaron tener conocimiento superficial
de la ley o que no la leyeron.
Es del caso mencionar que el
proyecto del Ejecutivo se discutió en el pleno, incluso pasó a una segunda
votación.
Así los legisladores tuvieron una
semana para enterarse del contenido, revisarlo, reflexionar y decidir su voto
consciente.
Cambiaron de parecer al siguiente
día, luego de escuchar las voces de rechazo de la gente y la protesta de los
jóvenes en las calles,
Dichas manifestaciones no se han
aplacado. Continúan. Ya van cuatro mítines y anuncian el quinto para la semana
próxima.
Esta inestabilidad de criterio de
ciertos representantes tiene relación directa con el ridículo diez por ciento
de aprobación que el pueblo le otorga al Congreso.
Tal apreciación se sustenta en los
escándalos que estuvieron comprometidos cerca de una veintena de sus
integrantes desde julio del 2011.
Igualmente en la lentitud de acción.
Distintas comisiones investigadoras llevan meses “trabajando” y ninguna emite
su informe final.
La ciudadanía está despertando. Ahora
tiene mayor conocimiento del quehacer parlamentario. Ya no se deja engañar con
facilidad.
Por eso sostiene que el cambio de
opinión de algunos congresistas sobre la ley de trabajo juvenil fue por evidente
cálculo político…
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