Elidio Espinoza y Cesar Acuña. La gente desea que trabajen juntos por el progreso de Trujillo y La Libertad (Correo)...
Es posible que lo más rescatable del
acto de juramentación de Elidio Espinoza, como Alcalde y César Acuña, Presidente
Regional, aparte de las promesas, sean los gestos.
Que empezaron antes de la misma
ceremonia del líder de APP, cuando el ex coronel acudió al teatro Municipal.
Su presencia fue recibida con
aplausos por las autoridades y el público que colmó las instalaciones del
primer escenario artístico de Trujillo.
Acuña no se quedó atrás. Casi sin
saborear el brindis de rigor ofrecido
como protocolo, abandonó el recinto.
Se trasladó hasta la colonial
iglesia de la Compañía para estar presente en
la juramentación de Elidio.
Ambas actitudes son dignas de
resaltar porque, siendo autoridades, van más allá de una simple correspondencia
o cortesía.
Rompieron las tradicionales y
perjudiciales rivalidades políticas de otros tiempos y cumplieron con el
mandato de su conciencia.
Y, lo que es más, con el mandato de
sus electores. Del pueblo que los eligió.
Porque, al final de cuentas, ellos
están en el honroso lugar que ocupan por la voluntad popular.
Que, como se acostumbra manifestar
siempre, es la voluntad de Dios.
En ese sentido, su obligación es
cumplir con los ofrecimientos que hicieron a las mayorías. No defraudarlas es
el objetivo.
Yendo más allá de la grata
iniciativa de participar en la juramentación de la autoridad amiga, hay un
aspecto mucho más trascendente.
Es el fuerte apretón de manos y el
fraternal abrazo que se dieron César Acuña y Elidio Espinoza.
Observamos un estrechamiento abierto
y sincero. Sin reservas. Tanto, que el público festejó con nutridos aplausos.
Enseguida, decididos y sonrientes,
levantaron la mano en señal de identificación con los asistentes que
representaban a la ciudadanía.
Fue un abrazo inédito. Muy pocas
veces visto en la historia política de nuestra ciudad.
Ahí radica el valor de esta
encomiable actitud que ha sido celebrada con muy buen agrado por la
colectividad.
Un pueblo cuya aspiración máxima es
que sus nuevas autoridades se despojen del interés partidario y luchen por las
mayorías.
Por eso, esperan que esa acción no
solo quede para la foto. Quieren que sea el abrazo para trabajar juntos por el
progreso de Trujillo y La Libertad…
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