Portal comercial donde un ciudadano puso en subasta el Congreso peruano debido a los constantes escándalos...
No debe llamarnos la atención que, en cualquier momento, el desprestigiado Congreso peruano sea incluido en el Libro Guinness de los Records Mundiales.
Dentro de las ocho categorías que ostenta el famoso documento, definitivamente ocuparía el primer lugar en el sector designado a la política como el más desacreditado del orbe.
No hay lugar más adecuado que ése, pues se nos hace difícil concebir la idea que exista en el planeta un parlamento tan venido a menos como el nuestro.
Duele decirlo porque, como peruanos, deseamos lo mejor para el país. Pero, los constantes yerros de nuestros representantes nos conducen a esa conclusión.
Son tantos los desatinos y escándalos, que un cibernauta nacional, "con el propósito de terminar de una vez con todo", ha “colgado” en una web comercial la subasta del Congreso.
Se trata de una propuesta sin precedentes en la vida política de las naciones democráticas del mundo nacida en el Perú.
La base de la puja es un sol (treinta y cinco centavos de dólar o dieciocho céntimos de euro) y coloca como vendedor a “todos los peruanos” con la finalidad de poner fin a los escándalos de los parlamentarios.
Resulta que el poder Legislativo nacional atraviesa actualmente por una aguda crisis de imagen, a tal extremo que hasta se le ha perdido el respeto.
Todo se debe a la sucesión de desaciertos cometidos por sus propios miembros, quienes fueron elegidos en elecciones democráticas.
Basta saber que en lo que va de su gestión, ochenta y dos congresistas, casi la totalidad, han sido denunciados ante la Comisión de Ética. Lo que no deja de ser alarmante.
De ellos, doce han sido severamente sancionados y, en algunos casos, separados de sus escaños, debiendo ser reemplazados por otros.
Hace apenas unos días, con a finalidad de frenar la ola de críticas adversas, han acordado suspender sus labores durante una semana para que los legisladores viajen al interior a fiscalizar las obras públicas de los gobiernos regionales y locales.
Sin embargo, no han tomado en cuenta el artículo 51 del Reglamento que señala que “el pleno del Congreso sesiona, por lo menos, una vez a la semana”.
Peor aún, demostrando que mantienen latentes sus apetitos económicos, están solicitando una partida adicional para trasladarse.
No obstante que cada mes reciben más de cinco mil soles por concepto de movilidad.
Es decir que los congresistas no cambian. Ya se han acostumbrado a recibir dinero por mínima actividad que realizan y creen que la reciente disposición, es una excelente oportunidad para ganar más.
Por actitudes de este tipo es que surgió en la ciudadanía la idea de la subasta y ahora se disputan la ocasión de ingresar al Libro Guinness de los Récords Mundiales, como los más ineficientes.
Dentro de las ocho categorías que ostenta el famoso documento, definitivamente ocuparía el primer lugar en el sector designado a la política como el más desacreditado del orbe.
No hay lugar más adecuado que ése, pues se nos hace difícil concebir la idea que exista en el planeta un parlamento tan venido a menos como el nuestro.
Duele decirlo porque, como peruanos, deseamos lo mejor para el país. Pero, los constantes yerros de nuestros representantes nos conducen a esa conclusión.
Son tantos los desatinos y escándalos, que un cibernauta nacional, "con el propósito de terminar de una vez con todo", ha “colgado” en una web comercial la subasta del Congreso.
Se trata de una propuesta sin precedentes en la vida política de las naciones democráticas del mundo nacida en el Perú.
La base de la puja es un sol (treinta y cinco centavos de dólar o dieciocho céntimos de euro) y coloca como vendedor a “todos los peruanos” con la finalidad de poner fin a los escándalos de los parlamentarios.
Resulta que el poder Legislativo nacional atraviesa actualmente por una aguda crisis de imagen, a tal extremo que hasta se le ha perdido el respeto.
Todo se debe a la sucesión de desaciertos cometidos por sus propios miembros, quienes fueron elegidos en elecciones democráticas.
Basta saber que en lo que va de su gestión, ochenta y dos congresistas, casi la totalidad, han sido denunciados ante la Comisión de Ética. Lo que no deja de ser alarmante.
De ellos, doce han sido severamente sancionados y, en algunos casos, separados de sus escaños, debiendo ser reemplazados por otros.
Hace apenas unos días, con a finalidad de frenar la ola de críticas adversas, han acordado suspender sus labores durante una semana para que los legisladores viajen al interior a fiscalizar las obras públicas de los gobiernos regionales y locales.
Sin embargo, no han tomado en cuenta el artículo 51 del Reglamento que señala que “el pleno del Congreso sesiona, por lo menos, una vez a la semana”.
Peor aún, demostrando que mantienen latentes sus apetitos económicos, están solicitando una partida adicional para trasladarse.
No obstante que cada mes reciben más de cinco mil soles por concepto de movilidad.
Es decir que los congresistas no cambian. Ya se han acostumbrado a recibir dinero por mínima actividad que realizan y creen que la reciente disposición, es una excelente oportunidad para ganar más.
Por actitudes de este tipo es que surgió en la ciudadanía la idea de la subasta y ahora se disputan la ocasión de ingresar al Libro Guinness de los Récords Mundiales, como los más ineficientes.
¡Y lo van a conseguir...!
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