Cuadra seis de Pizarro con autos y motos estacionadas en una y otra dirección. El nuevo proyecto peatonal prohibe la circulación de vehículos...
Una de los planteamientos emblemáticos de las últimas administraciones municipales de Trujillo ha sido la peatonalización del jirón Francisco Pizarro, el más importante del centro de la ciudad.
Cruza perpendicularmente la población de este a oeste y la divide en dos partes, pasando por la plaza de Armas, según el trazo heredado desde la época de la conquista española.
La idea fundamental, desde el principio, fue convertir la zona en una área libre de vehículos facilitando el seguro transitar de las personas.
De paso, los visitantes tienen la oportunidad de ingresar a los centros comerciales ubicados en las inmediaciones, incluyendo restaurantes, salas de café, bancos y establecimientos similares.
Razones diversas, especialmente económicas, impidieron concretar la propuesta.
Sin embargo, el gobierno municipal actual ya dio el primer paso para lograrlo, en base a la aprobación respectiva otorgada por el Instituto Nacional de Cultura.
El Proyecto Especial de Recuperación del Patrimonio Monumental, que lo incluye, tiene la finalidad de mejorar la imagen y el ornato de Trujillo.
Para ello se empezará por el cambio total de las pistas y veredas de asfalto y cemento por adoquines de concreto.
Las cuadras comprendidas en los trabajos serán embellecidas mediante la instalación de piletas ornamentales de agua, alternadas con maceteros, arbustos y bancas en la parte central.
Todo el jirón tendrá la presentación de un verdadero paseo peatonal o bulevar, como se le conoce en las grandes metrópolis.
La gente estará en condiciones de transitar con amplia libertad y descansar plácidamente, pues ningún vehículo menor podrá circular por la zona.
El trazo arquitectónico bosquejado otorgará a la ciudad de un lugar de tranquilidad y esparcimiento en pleno centro.
Los documentos referidos al paseo peatonal establecen un plazo de dieciocho meses para concretar la obra.
Esperamos que los profesionales y técnicos de la municipalidad provincial se propongan iniciar los trabajos de inmediato, pues el mismo alcalde lo ha considerado como una de las metas de su administración.
De la eficiencia e interés que ellos muestren depende que podamos ver muy pronto a Trujillo con una nueva y atractiva faceta para solaz de la ciudadanía y quienes nos visiten.
El flamante paseo peatonal se convertirá en el lugar simbólico de la ciudad, alejado del desordenado, bullicioso e insoportable transitar de los taxis, principales causantes del caos existente en el centro cívico.
Ahora, sólo queda invocar: ¡Manos a la obra…!
Cruza perpendicularmente la población de este a oeste y la divide en dos partes, pasando por la plaza de Armas, según el trazo heredado desde la época de la conquista española.
La idea fundamental, desde el principio, fue convertir la zona en una área libre de vehículos facilitando el seguro transitar de las personas.
De paso, los visitantes tienen la oportunidad de ingresar a los centros comerciales ubicados en las inmediaciones, incluyendo restaurantes, salas de café, bancos y establecimientos similares.
Razones diversas, especialmente económicas, impidieron concretar la propuesta.
Sin embargo, el gobierno municipal actual ya dio el primer paso para lograrlo, en base a la aprobación respectiva otorgada por el Instituto Nacional de Cultura.
El Proyecto Especial de Recuperación del Patrimonio Monumental, que lo incluye, tiene la finalidad de mejorar la imagen y el ornato de Trujillo.
Para ello se empezará por el cambio total de las pistas y veredas de asfalto y cemento por adoquines de concreto.
Las cuadras comprendidas en los trabajos serán embellecidas mediante la instalación de piletas ornamentales de agua, alternadas con maceteros, arbustos y bancas en la parte central.
Todo el jirón tendrá la presentación de un verdadero paseo peatonal o bulevar, como se le conoce en las grandes metrópolis.
La gente estará en condiciones de transitar con amplia libertad y descansar plácidamente, pues ningún vehículo menor podrá circular por la zona.
El trazo arquitectónico bosquejado otorgará a la ciudad de un lugar de tranquilidad y esparcimiento en pleno centro.
Los documentos referidos al paseo peatonal establecen un plazo de dieciocho meses para concretar la obra.
Esperamos que los profesionales y técnicos de la municipalidad provincial se propongan iniciar los trabajos de inmediato, pues el mismo alcalde lo ha considerado como una de las metas de su administración.
De la eficiencia e interés que ellos muestren depende que podamos ver muy pronto a Trujillo con una nueva y atractiva faceta para solaz de la ciudadanía y quienes nos visiten.
El flamante paseo peatonal se convertirá en el lugar simbólico de la ciudad, alejado del desordenado, bullicioso e insoportable transitar de los taxis, principales causantes del caos existente en el centro cívico.
Ahora, sólo queda invocar: ¡Manos a la obra…!
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