miércoles, 2 de junio de 2010

¿SENADORES...? ¿Y EN QUÉ EMPLEARÁN EL TIEMPO...?


Contra la opinión ciudadana, el Congreso pretende aprobar la cámara de Senadores.
¿Para cumplir qué función...?



Es una verdad irrefutable que lo que más recordaremos del actual Congreso, que ingresa a su último año de vigencia, será la interminable sucesión de desaciertos, desprestigio y su terquedad para aprobar la bicameralidad.

No obstante que el tema intenta alcanzar, sin conseguirlo, el visto bueno desde 2007, una vez más será puesto a consideración del pleno.

Lo que es peor, a espaldas de la opinión pública que ha expresado su completa oposición y rechazo a través de las numerosas encuestas que incluyen los diferentes estratos sociales.

Quienes defienden este innecesario proyecto son personas que han ocupado las curules del Parlamento durante la mayor parte de su vida.

Acostumbrados a las “bondades” que les brinda este instrumento democrático, aspiran que la cámara de senadores será el receptáculo ideal para terminar su prolongada y, generalmente intrascendente, carrera política.

Y no vengan con la repetida frase que su incorporación no afectará al erario nacional, porque el propósito de tan desesperado afán es seguir viviendo a costas del Estado.

Como adelanto, sus defensores han revelado las “importantísimas” funciones que desplegará la nueva bancada en caso de conseguir su aprobación.

El flamante senado ratificará al directorio del Banco Central de Reserva, elegirá al Defensor del Pueblo y embajadores y aprobará la autorización para que el Presidente pueda salir al exterior.

Además, aprobará el Presupuesto General, aceptará la renuncia del jefe de estado y autorizará el ingreso de tropas extranjeras al territorio nacional.

Tremendo trabajo. Como si todos los días viajara el mandatario o si cada semana delegaciones militares foráneas pidieran permiso para entrar al país.

Y después de cumplir con esas tareas, ¿En qué emplearán el tiempo…?

Esta es la preocupación principal del actual Congreso. El más cuestionado de la historia y con un mínimo de aceptación popular.

¡Qué diferente sería si pusieran el mismo empeño para tratar los asuntos vertebrales del país…! Aquellos que repercuten directamente en favor de la mayoría de los peruanos.

Modificaciones como la que se pretende, exigen el pronunciamiento ciudadano a través de un referéndum. Esa es la esencia de los principios democráticos…

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