Luego de la segunda jornada del Mundial Sudáfrica 2010, todos hablan de Argentina, Messi y el inocente gol anotado por Estados Unidos en el arco de Inglaterra.
Sin embargo, dejan en tercer lugar el comentario del partido que ganó Corea del Sur a Grecia.
Fue un encuentro para reflexionar en el sistema de juego impuesto por el equipo asiático.
Sobre todo en el sentido práctico de cada jugada. Luego de dominar la pelota, hacer lo más simple, el pase al compañero desmarcado y avanzar hacia el arco contrario.
La acción coreana se complementa con la velocidad aplicada en todas sus líneas y la rapidez mental para decidir lo que se debe hacer con el balón.
Aparte de impedir la arremetida fácil del contrincante tendiendo marcas en el campo contrario.
Sin dejar opción a entretenerse demasiado con el esférico, cada jugador constantemente levanta la mirada en busca del amigo desmarcado.
Todo su juego se basa en ese esquema simple y efectivo. Capaz de descontrolar a cualquier rival.
Colocados en una balanza, los griegos son más fornidos y con mayor peso que los orientales que con su habilidad lograron derrotarlos por dos goles a cero.
En términos generales, Corea del Sur despertó una lógica expectativa que debe despejarse en el partido contra Argentina…
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