lunes, 2 de marzo de 2009

LAS HUELLAS DE LA ORACIÓN…


Huellas en madera de los pies descalzos de un monje chino que reza un promedio de dos mil veces al día... (Krause, Reuters)
Una de las características de los pueblos orientales es el profundo misticismo que constituye el motor para establecer sus normas de conducta.

Dentro de esa tónica los sacerdotes tienen una formación muy distinta a la existente en las naciones occidentales.

Ello queda demostrado en el monje Hua Chi, quien considera que actualmente tiene setenta años de edad.

Residente en la provincia de Qinghai, a oeste de China, posee la convicción de rezar más de dos mil veces al día en el mismo sitio.

Ese sacrificado comportamiento religioso durante toda su existencia ha permitido dejar las huellas de sus pies descalzos en la madera que le sirve como base para arrodillarse.

Al ser entrevistado por un periodista, Hua declaró que en los primeros años tenía la costumbre de rezar de dos mil a tres mil veces al día.

Confiesa que, ahora que es mayor de edad, puede orar entre mil y quinientas veces los días que hace mucho frío.

Sin embargo, sus especial dedicación por implorar al dios Buda ha convertido la madera que usa en una verdadera pieza de museo…

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