Ya cabeceó Ciucci y la bola ingresa por alto...
Cuando a los cinco minutos del
primer tiempo estás ganando por dos a cero y tienes al adversario dominado,
¿Por qué no golearlo…?
Crees que todo va a ser fácil. Bajas
la guardia. Te duermes y antes de terminar esta etapa te despiertan con el
tanto del descuento.
Eso es lo que observamos ayer en
Mansiche al enfrentarse la Universidad César Vallejo ante el León de Huánuco.
El cuadro local empezó apretando.
Sin dejar respirar al conjunto andino.
Al hacerse efectivo un tiro libre a
favor desde la derecha, Ciucci la introduce de cabeza.
Cardoza cabecea al suelo, la pelota rebota y gol. Es el segundo....
Sigue el ataque. Cisneros se
esfuerza y la echa al córner. Viene el disparo de esquina y gol de Cardoza. Dos
a cero.
La efectividad entusiasma al
público. Pero la ofensiva de apaga, pierde poderío y la pelota rueda de un lado
a otro.
Como es lógico León, herido en su
amor propio, aprovecha las concesiones que le otorgan los “poetas” y se
reanima.
Su empeño da resultado cuando acorta
distancias por mérito propio.
Termina la fracción. La sonrisa se
torna en seriedad en las tribunas y Navarro arroja humo.
Es cierto. La UCV se demoró cerca de
cinco minutos más para regresar de los camerinos a continuar la jornada.
Con Cisneros de rodillas, Chávez remata y convierte el tercero...
De nuevo al ataque y Chávez
convierte el tercero, pero retorna el aparente hastío y Libman paga los platos
rotos exigiéndose al máximo.
Expulsan a Prado. Ahora juegan con
diez. Sin embargo, el marcador no se altera. No se aprovecha la ventaja
numérica.
Sale Montes, que sigue en deuda con
la afición, y entra Silva que se perdió el cuarto por milímetros y dio más
alegría adelante.
Después Plasencia por Cruzado de
buena actuación y Morales, notable en la Sudamericana, por Viza que aún no
destaca como debiera.
Ahora hay que enfrentar a Universitario, con todos sus laureles, en el Monumental. Si las cosas se presentan igual, goleen no más.
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