jueves, 11 de septiembre de 2008

CON ENTREGA Y MUCHO CORAZÓN....

Juan Vargas elude a un argentino. El peruano aplicó su último esfuerzo para correr más de media cancha y dar el pase para el gol de empate... (Efe)
Perú no es una potencia en el fútbol sudamericano. Es más, en las eliminatorias al Mundial de Sudáfrica 2010, estamos entre los últimos.

En jornadas anteriores se criticaba al equipo nacional por su total falta de ganas y espíritu de lucha, lo que ocasionó derrotas increíbles, incluso una humillante goleada ante Uruguay.

Sin embargo, lo que apreciamos anoche en el estadio Monumental de Ate, Lima, frente a Argentina, varias veces campeón mundial, fue algo nunca visto.

Tuvimos partidos que ganábamos y nos empataban sobre el final. Pero no recordamos que haya sido al contrario. Como en esta oportunidad.

Sobre todo jugando ante un elenco victorioso, lleno de estrellas, que en otras ocasiones nos ha vencido con facilidad.

Frente a los gauchos Perú, con muchos jóvenes en sus filas, fue el cuadro que apostó por poner lo mejor de su parte. Dejando el corazón en la cancha.

Desde el comienzo se mostró la entrega, el pundonor en la lucha por el balón, aunque un descuido motivó recibir un gol en contra, cuando faltaban menos de quince minutos para el final.

Pensamos que estábamos derrotados aunque, por lo menos, quedaba la idea de haber jugado con mentalidad ganadora.

Nos equivocamos, el equipo siguió luchando y, en los minutos adicionales, una intervención iniciada en territorio peruano por Juan Vargas terminó en el gol de Johan Fano.

Aquí destacamos el supremo esfuerzo para correr, con la pelota pegada a los pies, del player de la Fiorentina, cuando casi lo abandonaban las fuerzas.

Y la habilidad para desprenderse de la férrea marca de un rival extendiendo un centro templado y casi al ras que fue muy bien aprovechado por Fano para convertir el gol de empate.

El estadio estalló, igual que nosotros que estábamos recibiendo la señal de la televisión.

Por eso nos quedamos prendados de la tenacidad mostrada por los jugadores, la actitud y el espíritu de no darse por vencidos.
Tal vez no vayamos al Mundial, pero quedará en nuestras retinas lo exhibido como símbolo de esas ganas, esa entrega y ese corazón que se deben emplear para todo…

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