jueves, 28 de octubre de 2010

PUERTAS LEVADIZAS: ¡UN PELIGRO INMINENTE...!





Las puertas levadizas sin alarma constituyen un serio peligro para los peatones...










Poseer un vehículo genera una necesidad impostergable. Tener un lugar especial donde estacionarlo.


Así apareció la cochera o garaje, aquel galicismo incorporado al español debido a su generalizado uso.


De manera tradicional, son espacios comunicados al exterior de las viviendas por un portón de madera o una reja de metal.


Como tales, se abren hacia los costados en forma manual y no constituyen mayor peligro para las personas que pasan por las inmediaciones,


Sin embargo, desde hace un tiempo, el adelanto tecnológico facilitó la instalación de puertas electrónicas levadizas.


Son estructuras compactas que se abren automáticamente formando un ángulo de noventa grados hacia la vereda exterior.


Al movilizarse invaden casi toda la vereda. El paso obligado de la gente de toda edad que transita por las calles.


El problema se presenta cuando la puerta es accionada mediante un panel de control manual desde el interior o desde afuera.


Cuando ocurre esto, el maderamen se eleva de improviso sorprendiendo al peatón que espera todo, menos ser golpeado por una puerta que se levanta sola.


Son numerosas las personas que han sido golpeadas o sufrieron más de un susto en estas circunstancias expresando su lógica queja.


La situación ocurre porque en la zona respectiva no se ubica ninguna persona que anuncie a los viandantes sobre el movimiento que debe ejecutar la puerta.


No obstante, es conveniente destacar que propietarios con mayor sentido de responsabilidad, colocan alarmas en la parte superior de los portones.


Son focos de emergencia que, al movilizarse la puerta levadiza, emiten una potente luz intermitente acompañada de un fuerte sonido.


De esta manera se advierte a quienes se encuentran cerca del posible peligro para que adopten las precauciones del caso.


Corresponde a las autoridades competentes exigir a los propietarios con estas puertas en sus domicilios, la instalación de tales dispositivos para evitar desgracias mayores.


Exponemos el problema y la alternativa de solución. ¡Están servidos…!


¡Ahora sólo queda actuar…!

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