“Todos pueden hablar o escribir, que no es lo
mismo que todos puedan ser periodistas…”
(Mario Tascón)
Casi coincidiendo con las elecciones municipales y regionales del domingo hoy, 1 de octubre, se celebra el Día del Periodista en el Perú.
La fecha es oportuna para hacer algunas reflexiones sobre los hombres de prensa y quienes, por escribir alguna nota o tener un espacio radial o televisivo, estiman que desempeñan esa labor.
Al respecto, existe una notoria diferencia. Especialmente por la enorme responsabilidad que asumen quienes tienen acceso a los medios de comunicación masiva.
Según el experto español Mario Tascón, actualmente existe una evidente democratización de los sistemas comunicativos, pues están al alcance de todos como nunca antes.
Sin embargo, recalca que ser periodista profesional tiene una serie de condiciones y pautas indispensables.
Destacan entre otras, la veracidad y la imparcialidad en su máxima expresión.
Por la primera, debe convertirse en el fiel y auténtico trasmisor de los acontecimientos o declaraciones del entrevistado. Sin restar, ni agregar nada de su parte, salvo en el caso de los artículos de opinión.
El siguiente requisito es fundamental. En ese aspecto, demostrará justicia y neutralidad en el amplio sentido de la palabra.
Inclinarse en una u otra dirección, será motivo suficiente para perder credibilidad, que es lo peor que le puede ocurrir a un periodista.
El verdadero hombre de prensa está impedido éticamente de defender causas partidarias. Su única meta es la defensa del bien común.
Entre las habilidades del periodista moderno figura la que ha tenido siempre: hablar o escribir bien. Con propiedad y sencillez.
A ello debe añadir el saber preguntar, repreguntar, cruzar información, investigar, acudir a las fuentes, ser curioso y tener olfato o instinto noticioso, entre otras.
En el ámbito personal, el periodista debe leer, estudiar, Jamás contentarse con lo que sabe. Actualizarse. Capacitarse de manera permanente.
También, reconocer que el periodismo ha experimentado la incorporación de novedosos cambios tecnológicos, como el Internet y las redes sociales, a los que no puede obviar por ninguna razón.
Que esta trascendental conmemoración sea ocasión para hacernos un examen de conciencia y reconocer, sin mayor apasionamiento si, en verdad, merecemos llamarnos periodistas…
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