“Todos estamos matriculados en la escuela
de la vida donde el maestro es el tiempo…”
(Anónimo)
Existe una disposición que faculta la formación de filas preferenciales para ser atendidos en los bancos, cajas municipales, cooperativas y entidades públicas.
La norma está dirigida a las personas de la tercera edad, madres gestantes, con bebés en brazos o discapacitados.
El objetivo fundamental es facilitarles la atención por razones obvias.
Sin embargo, en los mencionados lugares de Trujillo no se cumple con el propósito previsto.
Por lo general, es habilitada una sola ventanilla, mientras que el público accede a todas las restantes.
Como es de suponer, más rápido avanzan las hileras normales que la preferencial.
Entonces, en lugar de favorecer a quienes realmente necesitan, resultan perjudicados.
La solución al problema es simple. Basta aplicar el sentido común. Si la cola preferencial es muy larga, debe autorizarse que varias ventanillas la atiendan.
Tan pronto reduce su número, los empleados vuelven a recibir a las demás personas.
Algún funcionario dedica unos minutos a supervisar la eficiencia del servicio y, al fnal, todos salen contentos..
Así se evitará que madres en estado o con sus niños alzados, ancianos y discapacitados, esperen más de lo debido para recibir atención.
No olvidemos que quienes conforman las filas preferenciales necesitan cariño, respeto, tolerancia y mucha comprensión.
Pensemos que, en algún momento, podrían ser nuestros propios familiares. O, en el futuro, nosotros mismos….
No hay comentarios:
Publicar un comentario