sábado, 24 de julio de 2010

¡PERDIÓ LA LUZ Y... LAS FUERZAS...!



Lámpara colgante de una casona trujillana. Uno de sus focos se apagó e invirtió su posición dando la impresión que perdió la luz y las fuerzas...










Una de las características o elementos representativos de Trujillo, son sus tradicionales casas coloniales.


Existen muchas, perfectamente restauradas, en el denominado centro cívico. Aquel que está enmarcado por el contorno de la avenida España.


Aparte de su hermosa arquitectura, trabajadas rejas de metal, vistosos zaguanes, amplios patios, grandes espejos y cómodos muebles, entre otros aspectos distintivos, destacan sus lámparas o arañas colgantes.


De diferentes clases y formas, sirven para alumbrar y dar el toque complementario de admiración a estos emblemáticos edificios.


Uno de estos días, visitamos una de esas bien conservadas casonas y nos detuvimos asombrados ante una media cúpula invertida de lágrimas de cristal.


Iluminada por seis luces, que parecían velas, estaban apoyadas de manera circular en un pequeño pedestal.


En este caso, había ocurrido un imprevisto. Uno de los focos estaba apagado.


No sólo eso. Semejaba avergonzado por no cumplir con su función. Como si cansado de esperar que lo cambien, había perdido las fuerzas e invertido su posición, dando la impresión de estar vencido.


Descorazonado y sin energía. A diferencia de los demás, sólo le quedó mirar hacia abajo. Como queriendo hacer notar que necesita ayuda.


Nosotros lo vimos y nos identificamos con él, perennizando la escena.


No morirás. Sabemos que pronto comprobarán la deficiencia y solucionarán el desperfecto. Recobrarás la alegría. Volverás a brillar en todo tu esplendor, tal como tus compañeros.


Sólo permítenos darte un consejo. Otra vez que te falte la luz, no te desanimes. No te dobles, ni te rindas.


Porque el destino o Dios, como desees llamarlo, tal como ocurre con los hombres, siempre nos da una oportunidad para seguir en la lucha. Viviendo y, en ocasiones, alumbrando…

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