Existen cuatro aspectos distintivos, entre otros, que contribuirán, a través del tiempo, a recordar el Mundial Sudáfrica 2010.
La mascota Zakumi, un gracioso peluche en forma de leopardo de pelo verde, que representa la geografía, el pueblo y el espíritu sudafricano.
Dejó la impresión que no alcanzó la difusión y comercialización deseada por sus creadores.
La vuvuzela, aquella original trompeta larga utilizada por los aficionados de Sudáfrica para alentar a sus equipos de fútbol.
Confeccionada de material plástico, en idioma zulú significa: “hacer ruido” y vaya que lo consiguió.
Produce un sonido similar al barritar del elefante o al zumbido de la abeja que, ejecutado por miles, fue el marco espectacular del torneo en todos los estadios.
A partir de hoy, mencionar su nombre será evocar gratamente al Mundial de Sudáfrica.
Con muchos meses de anticipación,
Sin embargo, semanas antes de la inauguración apareció la intérprete colombiana Shakira, con su engomada voz, cantando Time of África, El Momento de África, conocida como Waka waka.
Al final, el Mundial de Sudáfrica quedó como el único en la historia que posee dos himnos.
Pero, la nota singular correspondió al pulpo Paúl que, inicialmente, fue empleado como oráculo para predecir los resultados de la selección alemana, acertando en todo.
La última profecía del molusco se cumplió cuando España venció a Holanda y se llevó, por primera vez,
El octópodo terminó convirtiéndose en la sensación del evento.
Zakumi, la vuvuzela, los dos himnos y el pulpo Paúl, son expresiones extra-futbolísticas que quedarán impregnadas en la retina de los millones de personas que vieron los partidos de Sudáfrica 2010…
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