jueves, 22 de julio de 2010

EL CELULAR: ¡AQUEL NECESARIO E INSOLENTE INTRUSO...!


La invención del celular ha revolucionado las comunicaciones en el mundo actual...




No existe en el momento actual un artefacto personal más importante y necesario que el celular o móvil como le llaman en Europa.


Su invención ha revolucionado las comunicaciones. Forma parte de nuestra indumentaria, al extremo que no podemos desprendernos de él.


Lo llevamos a todas partes y si lo olvidamos, regresamos de inmediato. Da la impresión que no podemos vivir sin este sorprendente elemento.


Hace varios años, un experto japonés de la información reveló que millones de personas lo consideran como “una extensión de su mano”.


Es verdad. No se puede estar sin el celular. El otro día fui a cancelar un recibo y tuve que esperar que la cajera termine de enseñar a su cocinera sobre los ingredientes de una extensa receta de comida para que me atienda.


Lo mismo ocurre cuando usted acude a cualquier oficina para hacer una gestión urgente. Forma su cola. Llega a la ventanilla. Pero, suena el celular de quien lo recepciona y… ¡A esperar…!


Participé de un oficio religioso. En el templo, como es lógico, todo es silencio, recogimiento y oración. Interrumpe, súbitamente, el sonido de una popular canción chichera y echó a perder todo el misticismo del acto.


Similar situación se presenta durante cualquier conferencia. El intruso timbre corta la concentración del expositor o distrae a los asistentes que se ven obligados a salir del ambiente para contestar la llamada.


El caso se torna en un problema cuando vamos en un taxi. El chofer jamás deja de contestar y, lo peor, sigue manejando. Aunque su esposa sólo lo llame para decirle que el almuerzo está preparado y va a salir con una amiga.


Es común en el medio ver motociclistas, y hasta ciclistas, que conducen y arriesgan peligrosamente sus vidas, al dialogar a través del aparatito.


Sin embargo, cuando la llamada nos sorprende caminando, comenzamos a gritar como locos. Sin importar que la gente de alrededor escucha, ni que interrumpimos el libre transitar de los peatones.


Hay quienes confiesan que no lo abandonan ni cuando se duchan o van al baño. Se supone que esperan llamadas de “vida o muerte”.


Definitivamente, la existencia humana ha sido transformada desde que apareció el bendito celular.


Perdón. Debo dejar de escribir. “Me están timbrando…”

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