Aunque el Perú no asistió, el gobierno aprovechó del Mundial de Sudáfrica para publicitarse.El torneo Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010 está a punto de culminar y consagrará a un país como el campeón mundial de ese deporte.
Sin embargo, aparte del equipo triunfador, que se llevará la gloria de sus jugadores y treinta mil dólares en sus maletas, hay otros ganadores anónimos.
No obstante, a diferencia de los futbolistas que se encumbrarán dejando hasta el último aliento en el campo, éstos lo hicieron fuera de los estadios, incluso desde otros continentes.
Figuran entre ellos los vendedores de anteojos gigantes, sombreros con tres pequeñas pelotas y las ya famosas vuvuzelas.
Los comerciantes de esos instrumentos de viento tuvieron en el certamen, que se celebra cada cuatro años, la oportunidad de obtener una considerable cantidad de dinero.
Conjuntamente, y por asociación, también se beneficiaron los otorrinolaringólogos sudafricanos, quienes tuvieron que multiplicarse para atender a los aficionados que salían de los escenarios con problemas auditivos.
Igualmente, ganaron con el mundial y de paso aseguraron el jugoso aguinaldo de fiestas patrias, los integrantes de los equipos de prensa, marketing y logística de Presidencia de
Aunque el Perú no asistió al evento, dedicaron semanas enteras para elaborar los spots publicitarios radiales que promocionaron los “fabulosos logros del gobierno”.
“Gol peruano. Perú es el campeón mundial de la lucha contra la pobreza, agua para todos, servicios de salud, carreteras…” y todo lo aquello que nos hiciera pensar que somos del primer mundo, se escucha entre los comentarios de los encuentros.
Y, como para demostrar que para esa clase de propaganda estatal existe una frondosa partida, se escogió una emisora que cobra cada segundo en dólares. Eso, no interesó para nada.
Es indudable que esa avalancha publicitaria, no concuerda con la realidad de la mayoría de los peruanos que, aparte de sus falencias, continúa afrontando el alza del costo de vida, mientras los sueldos se mantienen inalterables desde hace varios años.
La campaña evidencia el desesperado esfuerzo del gobierno para obtener el mejor provecho de un certamen que concita la atención de millones de personas…
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