domingo, 21 de junio de 2009

KINA: ¡AQUEL CORAJE QUE NOS FALTA…!


Kina, la noche de la victoria. El mismo coraje debemos poner en nuestro trabajo para triunfar en la vida... (Rpp)

Como todos los periodistas de antaño, la primera vez que estuve frente a la Rémington, en la redacción del diario La Industria de Trujillo, empecé escribiendo policiales y deportes.

De las prácticas deportivas, me gustan casi todas, menos el box. Respeto su vigencia, sus organismos dirigenciales y todo, pero me conmueve sobremanera la parte humana.

Es que se hace difícil aceptar que una persona golpee a otra con todas sus fuerzas para declararse vencedora. Bueno. Conste que incluso se han producido decesos. Pero…

Sé que muchos, la mayoría estará en contra estas apreciaciones y comprendo sus opiniones. Simplemente que es una forma personal de analizar el box y nada más.

Esta vez, tratándose de una boxeadora peruana, Kina Malpartida, Campeona Mundial del peso super pluma, hice un esfuerzo y observé la pelea con temor.

Inconscientemente podía intuir un triunfo, pero preocupaba el daño que podrían causarse ambas deportistas.

Aunque la exigencia del peso es fundamental en el box, se veía a Kina mucho más parada, firme y, sobre todo, concentrada en lo que iba a realizar.

La rival, una chica brasileña, Halana Dos Santos. Una jovencita muy delgada, de gruesas cejas, con apenas diecinueve años y el pelo ensortijado pegado a la cabeza.

Lo más lindo de la garota de Bahía fue subir al entarimado con la Bandera Peruana perfectamente doblada y besarla en señal de respeto y homenaje al aficionado y al país entero.

Desde que estuvo en el ring, se notó a una Kina muy decidida. Conocedora de su misión. Revelaba que su mente estaba sólo en la pelea o, tal vez, únicamente en ganar.

Durante el combate siguió mostrando esa actitud férrea, inquebrantable. Aquello que sirve sólo para triunfar. Y ese es el mérito.

Como era de esperar, la peruana se hizo de la victoria y dejó una lección para los demás deportistas nacionales.

Por su empeño, el ímpetu, el coraje y ese deseo de ganar, de no caer en el juego del rival y seguir adelante sobreponiéndose a todo, en pos del objetivo máximo.

Por el extraordinario esfuerzo demostrado, su arrojo, intrepidez, “vergüenza deportiva” o “garra”, como le llaman algunos, Kina será siempre un ejemplo a seguir.

El destino quiso que sea una mujer la que nos señale el camino.

Vamos tras las huellas que nos acaba de dejar porque, así como en el deporte, debe suceder a diario en la lucha por la vida.

Pongamos el mismo corazón que puso Kina en cada una de las acciones que nos corresponda desarrollar y el éxito coronará nuestro esfuerzo…

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