Un japonés expresa su saludo antes de ingresar a un santuario para rendir homenaje a Kamisama...
La peligrosa expansión de la gripe AH1N1, que cada día cobra más víctimas en el Perú y el mundo, así como las medidas de precaución impartidas, nos hicieron volver la mirada a Japón.
Es que mientras en el país se recomienda evitar darse la mano y saludar con abrazos y besos, allá no se aconseja nada relacionado con eso.
Simplemente, porque esa costumbre tan arraigada y espontánea en nuestro medio, no existe en esos lejanos países.
En Japón y la mayoría de naciones orientales, las formas establecidas por la etiqueta o el protocolo en todo nivel evita el contacto físico.
No se dan la mano al encontrarse, mucho menos se abrazan y, peor, se besan en la mejilla en el ámbito de la amistad, laboral o social.
Los elevados valores impartidos por su religión, así como sus hábitos ancestrales, recomiendan otra forma de expresar la satisfacción de conocer o encontrarse con un conocido o un extraño.
El estilo de la salutación normal, al comienzo y al despedirse, consiste en una ligera inclinación de la cabeza como clara demostración de respeto.
Entre amigos, hombres y mujeres, se acepta un simple movimiento de la frente hacia abajo.
Quedan totalmente fuera de contexto las palmadas en la espalda, tan frecuentes entre nosotros, como una manera de estimular o brindar aliento.
La reverencia es pronunciada si se trata de personas adultas y, mucho más, ante los superiores como autoridades, directores o jefes.
La misma manifestación se expresa antes de ingresar al santuario (O Jinya) o el templo (O Tera)para rendir homenaje a Dios (Kamisama).
Aún más, los grandes centros comerciales del archipiélago acostumbran colocar personal en sus puertas de ingreso para saludar de la misma forma a sus clientes que ingresan o salen.
Según algunos estudiosos de la cultura japonesa, la venia obedece a que consideran que el tocamiento corporal resulta antihigiénico.
Y no les falta razón, pues la incidencia de la pandemia tiene niveles casi imperceptibles en el oriente.
Ante el peligro de infectarse por la relación física con otros individuos, lo más apropiado sería adoptar algo del tradicional saludo japonés.
Después de todo, está comprobado que así estaremos alejados de toda persona enferma y evitaremos contagiarnos…
Es que mientras en el país se recomienda evitar darse la mano y saludar con abrazos y besos, allá no se aconseja nada relacionado con eso.
Simplemente, porque esa costumbre tan arraigada y espontánea en nuestro medio, no existe en esos lejanos países.
En Japón y la mayoría de naciones orientales, las formas establecidas por la etiqueta o el protocolo en todo nivel evita el contacto físico.
No se dan la mano al encontrarse, mucho menos se abrazan y, peor, se besan en la mejilla en el ámbito de la amistad, laboral o social.
Los elevados valores impartidos por su religión, así como sus hábitos ancestrales, recomiendan otra forma de expresar la satisfacción de conocer o encontrarse con un conocido o un extraño.
El estilo de la salutación normal, al comienzo y al despedirse, consiste en una ligera inclinación de la cabeza como clara demostración de respeto.
Entre amigos, hombres y mujeres, se acepta un simple movimiento de la frente hacia abajo.
Quedan totalmente fuera de contexto las palmadas en la espalda, tan frecuentes entre nosotros, como una manera de estimular o brindar aliento.
La reverencia es pronunciada si se trata de personas adultas y, mucho más, ante los superiores como autoridades, directores o jefes.
La misma manifestación se expresa antes de ingresar al santuario (O Jinya) o el templo (O Tera)para rendir homenaje a Dios (Kamisama).
Aún más, los grandes centros comerciales del archipiélago acostumbran colocar personal en sus puertas de ingreso para saludar de la misma forma a sus clientes que ingresan o salen.
Según algunos estudiosos de la cultura japonesa, la venia obedece a que consideran que el tocamiento corporal resulta antihigiénico.
Y no les falta razón, pues la incidencia de la pandemia tiene niveles casi imperceptibles en el oriente.
Ante el peligro de infectarse por la relación física con otros individuos, lo más apropiado sería adoptar algo del tradicional saludo japonés.
Después de todo, está comprobado que así estaremos alejados de toda persona enferma y evitaremos contagiarnos…
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