Solitaria y vacía, pero asegurada por un grillete a la ventana más cercana... Es la banca encadenada...
Es apenas un mueble cualquiera. Carece por completo de movimiento. Jamás podrá trasladarse por sí misma a otro lugar.
Luce desolada y triste. Sin cumplir el objetivo para lo que fue fabricada.
Pero hay un detalle. Se exhibe con grilletes, como si se temiera que pueda huir en búsqueda de un escenario distinto.
Lo evidente es que en el Perú. Todo aquello que está en la vía pública, sin dueño a la vista, no es de nadie en particular.
Y cualquiera que pase por la calle, mirará a los cuatro lados y terminará haciéndolo suyo.
Qué diferencia con numerosos establecimientos comerciales de los países desarrollados, cuyos encargados colocan la mercadería al aire libre y nadie la toca.
Es indudable que se trata de otra realidad. Muy distinta a la nuestra.
Volviendo a la famosa banca, es colocada y asegurada a la misma ventana todos los días. Tal como la aprecian.
Pertenece a una oficina de atención al público ubicada en la sexta cuadra del jirón Independencia.
Ocurre que, como a veces la gente se concentra y tiene que esperar, se han ubicado asientos para descansar mientras llega su turno.
Es cierto que jamás se irá. Pero si no es protegida con eslabones y candado, en la forma que observamos, alguien puede apropiarse de ella.
Por ahora está vacía y sin uso. Nadie se ha atrevido a llevársela.
Sólo basta mirarla apenas un instante para coincidir expresando que es la banca encadenada…
Luce desolada y triste. Sin cumplir el objetivo para lo que fue fabricada.
Pero hay un detalle. Se exhibe con grilletes, como si se temiera que pueda huir en búsqueda de un escenario distinto.
Lo evidente es que en el Perú. Todo aquello que está en la vía pública, sin dueño a la vista, no es de nadie en particular.
Y cualquiera que pase por la calle, mirará a los cuatro lados y terminará haciéndolo suyo.
Qué diferencia con numerosos establecimientos comerciales de los países desarrollados, cuyos encargados colocan la mercadería al aire libre y nadie la toca.
Es indudable que se trata de otra realidad. Muy distinta a la nuestra.
Volviendo a la famosa banca, es colocada y asegurada a la misma ventana todos los días. Tal como la aprecian.
Pertenece a una oficina de atención al público ubicada en la sexta cuadra del jirón Independencia.
Ocurre que, como a veces la gente se concentra y tiene que esperar, se han ubicado asientos para descansar mientras llega su turno.
Es cierto que jamás se irá. Pero si no es protegida con eslabones y candado, en la forma que observamos, alguien puede apropiarse de ella.
Por ahora está vacía y sin uso. Nadie se ha atrevido a llevársela.
Sólo basta mirarla apenas un instante para coincidir expresando que es la banca encadenada…
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