martes, 28 de abril de 2009

TRANSPORTE EN COMBI: ¡UN VIAJE DE ALTO RIESGO…!


Las combis abundan en Trujillo. Subir a ellas es exponerse a un viaje de alto riesgo...



Dentro de la clasificación del turismo a nivel mundial, hay uno denominado “de aventura” o “de riesgo”.

Se caracteriza porque las personas que aceptan realizarlo deben adoptar las precauciones correspondientes para evitar situaciones imprevistas.

En realidad se trata de viajeros que desean experimentar emociones de alta tensión, incluso exponiendo su seguridad.

Aquello que acabamos de describir se ajusta exactamente a lo que sentimos los trujillanos cuando abordamos una de las muchísimas combis que circulan en el medio.

Son vehículos pequeños, con capacidad normal de diez pasajeros, pero que han sido "habilitados", de manera increíble, para recepcionar el doble.

No se explica la razón por la cual se les ha permitido colocar inseguros e improvisados asientos a espaldas de los lugares delanteros y añadir filas complementarias.

Lo cierto es que, cuando completan su capacidad, trasladarse en ellos constituye un atentado contra todas las normas, pues hasta se permiten pasajeros de pie.

El peligro se presenta debido a la excesiva velocidad que imprimen sus conductores, sometidos a la obligatoriedad de “marcar tarjeta” cada cierto recorrido.

En esas condiciones y apoyados en su reducido tamaño, realizan arriesgadas y temerarias maniobras, zigzaguean y frenan bruscamente, ante la angustia de los pasajeros.

Quien se atreva a realizar observación alguna, queda expuesto a ser insultado o solicitarle que se baje y tome un taxi.

Y, como si todo ello no fuera suficiente afrenta los, casi siempre, desaseados choferes y cobradores utilizan un incalificable vocabulario, sin el menor respeto al público.

El otro día, tuvo que solicitarse a uno de ellos mantener la compostura correspondiente, pues había llegado a insultar a otro piloto mentándole la madre.

Por su parte, el cobrador exponía su vida. Bajaba precipitadamente a registrar el paso. Gritaba llamando pasajeros, golpeaba el chasis y lanzaba agudos silbidos. Todo ello añadido al insoportable bullicio de la música interior.
Enseguida, señalando otro carro decía: “Allí está el tío con el que casi nos chocamos ayer”.

En medio de ese enredo y perturbación, las personas, con un nudo en la garganta, sólo atinan a mirarse unos a otros, sin pronunciar palabra alguna.

Es entonces cuando surge la idea en el sentido que si un regidor, inspector o funcionario de la Municipalidad Provincial de Trujillo, la Policía Nacional o la Defensoría del Pueblo, ha viajado alguna vez a una combi.

Si no lo han hecho. Suban. La decisión inmediata será multar y suspender el servicio. No cabe otra alternativa.

En caso contrario, tomen esta nota como un modesto aporte en favor de su gestión. Pero, especialmente, en beneficio directo de la colectividad…

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